­Coches tapando rampas, papeleras cerrando el paso, escalones, obras mal valladas... pasear por Alicante en silla de ruedas, con un andador o con un cochecito de bebé es como atravesar un laberinto de obstáculos.

Miembros de la Plataforma Alicante Accesible mostraron ayer estas complicaciones en un recorrido que comenzó en la plaza Pío XII y terminó en Maisonnave. Esta actividad se enmarca en los actos con motivo de la Semana de la Movilidad. Nada más comenzar se presentaron los primeros problemas, ya que el edificio de Correos ubicado en el punto de partida del trayecto «es inaccesible porque tiene un escalón en la entrada y las puertas son muy pesadas», señala Llanos Rodríguez, miembro de Alicante Accesible. No fue el único ejemplo de dependencias públicas a las que es imposible acceder. «Hay una oficina de servicios integrados de la Subdelegación del Gobierno en Federico Soto que es completamente inaccesible», explica Rodríguez. Para poder completar cualquier trámite, añade, «tienes que llamar a un telefonillo para que baje alguien a la calle». Tampoco el cien por cien de las tiendas están al día en materia de adaptación. Pero el problema más habitual con el que se encuentran los discapacitados que intentan llevar una vida normal en Alicante es el de la falta de rampas. «Constantemente tenemos que circular por la calzada, con el peligro que eso conlleva, porque es imposible hacerlo por la acera». En muchas ocasiones son los propios conductores quienes inutilizan estas rampas al aparcar coches en ellas.

El mobiliario urbano en ocasiones también se convierte en un obstáculo, como ayer se puso de manifiesto. «Muchas papeleras o los semáforos están en sitios que entorpecen el paso de las sillas, por no hablar de las marquesinas de autobús, en muchas de ellas la gente que está sentada se tiene que levantar para dejarte pasar». El recorrido estuvo también salpicado de obras mal valladas que obligan a quien va en silla de ruedas a circular entre coches y autobuses.