Treinta y dos trenes de cercanías y dos de Larga Distancia cancelados y retrasos generalizados en el resto de las operaciones compusieron ayer la imagen de la estación de Alicante con motivo de la jornada de huelga convocada por los sindicatos de Renfe y Adif en protesta por la privatización de ambas empresas estatales el año que viene. Paros que, a diferencia de Madrid y Barcelona, en Alicante se desarrollaron con total normalidad al cumplirse a rajatabla los servicios mínimos decretados por Fomento (75% de la operaciones).

No obstante, sí que hubo molestias para los pasajeros de Renfe, sobre todo los alrededor de 300 viajeros del Alvia de las 12.25 horas con destino Alicante, Albacete y Madrid/Atocha, que al cancelarse su tren tuvieron que esperar 90 minutos para ser recolocados en el convoy que salió con doble composición a las 14 horas, lo que provocó que en la estación alicantina se formara una cola kilométrica para acceder al tren. Por momentos, la fila de usuarios llegó hasta la escaleras. En el corredor con Madrid también se canceló la salida desde Atocha a las 7.25 horas. Ningún pasajero se quedó en tierra, pero también los viajeros con destino a Alicante sufrieron fuertes retrasos. No hubo ninguna cancelación en la línea con Barcelona

Los pasajeros de los trenes de cercanías, tanto los que unen Alicante con Elche, Vega Baja y Murcia, como los que enlazan la capital de la provincia con San Vicente también se vieron perjudicados por el paro al cancelarse el 60% de los trenes. Con Murcia, la frecuencia se redujo a un tren cada hora (lo normal es cada 30 minutos). Entre Alicante y San Vicente hubo todavía mayores incidencias, ya que se cancelaron más servicios, por lo que el tiempo de espera se disparó, sobre todo en la franja horaria de las 15 a las 19.30 horas cuando sólo hubo un servicio (lo normal son cinco).