La situación de instituciones como el Banco de Alimentos o Cruz Roja, que reciben fondos del Programa Europeo de Ayuda a los Más Necesitados (PEAD), se ha complicado este año con el recorte a la mitad de los fondos procedentes de este programa. Pero la situación podría haber sido peor, ya que en un principio el recorte estaba previsto que alcanzara el 70% de las aportaciones. Sin embargo, la UE llegó a un acuerdo a finales del año pasado para prolongar durante dos años más el programa de ayuda alimentaria a los más necesitados.

A partir de 2014, la Unión debe de articular un mecanismo que haga posible la continuidad de estas ayudas. Alemania y otros países que se oponen a este plan se basan en una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE de abril de 2011, que dictaminó que la iniciativa se ha desnaturalizado con el tiempo, ya que en un principio estaba pensada sólo para el reparto de excedentes alimentarios. Hasta 2011 la Dirección General de Agricultura de la UE había fijado un presupuesto para toda Europa en unos 500 millones que se distribuían entre los diferentes estados que lo solicitaban. Con ellos se compraban los excedentes que más tarde servían de base para la elaboración de artículos de primera necesidad destinados a luchar contra la exclusión social. Si en algún momento los excedentes eran inferiores a la dotación establecida, se procedía a la compra de alimentos que se destinaban a ese fin. La resolución de la Corte Europea, dictada a instancias de Alemania, establece que no se podrán comprar más alimentos que los correspondientes a los excedentes.