"Casi se nos obliga a salir de España para poder trabajar, pero se nos manda al extranjero con un hándicap tremendo: el bajo nivel de inglés que tenemos tras concluir el periodo educativo". María Baeza aterrizó en Londres hace apenas unas semanas, el pasado 6 de junio. "Agilicé los trámites para llegar antes de que comenzaran los Juegos Olímpicos, quería aprovechar el tirón turístico y encontrar un trabajo en poco tiempo, lo necesitaba para poder subsistir en esta ciudad".

Recién graduada en Magisterio de Educación Física en la Universidad de Alicante, María tenía claro que su futuro laboral no pasaba, al menos de inmediato, por España. "Durante los años de universidad, he trabajado un poco de todo, y todos sabemos cómo está la situación en la Educación", asegura la joven alicantina, que junto a su pareja, otro joven emigrante español, comparte una habitación por casi 800 libras al mes. "Eso sí, podemos decir que vivimos en Londres. Es muy cara, pero es una ciudad cosmopolita que merece la pena vivirla".

"Estudié Magisterio de Educación Física porque era la titulación que combinaba mis dos pasiones: la enseñanza y el deporte. Ahora, sin embargo, me gano la vida como dependienta en una tienda de ropa a cientos de kilómetros de mi casa". María trabaja desde hace apenas un mes en uno de los establecimientos que tiene la cadena de moda española Zara en la capital británica. "Es mi tercer trabajo en Londres, pero espero que dure tiempo".

A la capital británica llegó un miércoles y al día siguiente ya está echando currículums. "Y no pasaron ni unas horas cuando me llamaron de un restaurante italiano", ubicado en Baker Street, donde vivió en la ficción Sherlock Holmes. "Duró poco, pero fue horrible. No entendía nada, todo eran gritos... Pero, por suerte, en apenas una semana me ofrecieron trabajar como dependienta en una tienda de ropa íntima femenina. Ahí firmé mi primer contrato laboral".

Así, en junio, María pasó de vivir en Alicante, a establecerse en Londres, probar suerte en un restaurante italiano y comprometerse con una conocida tienda de lencería. Julio no fue más pausado en su vida. Además de disfrutar de los Juegos Olímpicos, "es fascinante ir por la calle y cruzarte con deportistas de élite o presenciar en directo pruebas como el Triatlón o la Marcha", María recibió una esperada llamada. "Me ofrecieron ir a una entrevista de trabajo en Zara... Y no me lo pensé. He comprobado que en Londres hay trabajo, pero debes echar muchos currículums y tener mucha iniciativa. Además, ya he visto que aquí, si lo mereces, puedes promocionar en tu trabajo, tener cada vez una mejor posición laboral. Nada que ver con España".

María, que se graduó en el pasado mes de junio, empezó 2012 con las prácticas de Magisterio. "Me tocó el colegio Benalúa, pero ya sin barracones. La verdad es que tiene instalaciones y material deportivo de primera calidad. Pero eran prácticas... así que sólo estuve cuatro meses con los niños". Nada más impartir su última clase, María empezó a pensar en Londres. "Creía que era una buena oportunidad para mejorar mi inglés y buscar trabajo. En España, desde los 16 años, compatibilicé los estudios con trabajos esporádicos como dependienta, socorrista en verano o profesora de actividades complementarias... Nada que me motivara para quedarme en mi casa, aunque a la familia se la echa mucho a faltar. El extranjero me tentaba: mi novio vivía fuera y España no me ofrecía oportunidades reales para salir adelante. Había que moverse".

Ahora, ya asentada en Londres, María tiene ante sí dos vías de futuro, que no ve incompatibles. "Estoy muy contenta con la decisión que tomé. Por el momento, quiero crecer en la empresa, pero también me gustaría empezar a abrirme un camino dentro de la Educación. Mi nivel de inglés, todavía, no me permite estar al frente de una clase, pero sí quiero ofrecerme como voluntaria para hacer currículum en mi mundo, la enseñanza del deporte". Todavía ni siquiera se plantea regresar a Alicante. "Esta experiencia es inolvidable, voy a disfrutarla".

"Ojalá me equivoque, pero no creo que mi hija vuelva pronto. ¿Para qué? Mejor que se quede allí"

"Muchos días me dan ganas de coger un avión y plantarme en Londres. Hace poco, María estuvo mala, y nadie puede imaginar cómo sufría mientras escuchaba sus lágrimas por teléfono", afirma María Luisa Cebrià, madre de María, quien junto a su marido, José Ramón Baeza, viajará en apenas dos semanas hasta Londres para conocer de primera mano la nueva vida de su hija.

Madre también de un soldado profesional, María Luisa admite la ansiedad que siente cada vez que entra en la habitación de su hija en Alicante. "Cada vez está más contenta. Ha sido una persona muy valiente, siempre se ha buscado la vida y ahora no podía ser menos, tras terminar la carrera y no tener oportunidades de trabajo en su ciudad ni en su país", admite María Luisa, quien ve lejos el regreso a casa de su hija: "Ojalá me equivoque, pero no creo que María pueda volver pronto a Alicante. ¿Para qué? ¿Qué va a hacer aquí? Mejor que se quede".