La subida del IVA, IBI, luz o gasolina, los recortes en Sanidad y Educación les afectan igual que a cualquiera pero ninguno duda al decir que se queda en el país del que son parte. Alicante acoge a casi el 20% de los alemanes residentes en España, que ven al pueblo español con un carácter fuerte, alegre y preparado para salir de la crisis sin mayores intervenciones.

Les afecta la crisis igual que a cualquier otro pero no se irían de España aunque éste no sea su país de origen. Los germanos residentes en la provincia de Alicante no sólo aseguran que la crisis no hará que vuelvan a Alemania sino que apuestan por que España logrará superarla con mucha más solvencia que otros países en apuros como Grecia o Irlanda.

La provincia acoge a casi el 20% de los alemanes que residen en España. Más de 36.300 germanos están censados en poblaciones alicantinas, lo que representa un 2% de la población total. Mientras su patria originaria es la que marca ahora las directrices de la política europea, el país en el que residen atraviesa una de sus peores crisis. Con esta doble perspectiva, los alemanes alicantinos han compartido con este diario cómo viven y ven la crisis española.

Como muchos españoles, algunos lo están pasando mal. Susana Duhring es una alemana de 52 años en paro que no encuentra trabajo desde hace cuatro. "Después de 23 años viviendo aquí, me han quitado la tarjeta sanitaria porque no trabajo y he tenido que hacerme un seguro privado para estar cubierta si viajo a Alemania porque no me dan el E-111". Son algunas de las consecuencias reales de los recortes. Para Monika Dobmeier, son años "muy duros". Su tienda sólo le trae pérdidas y ha estado "a punto de cerrar ya dos veces".

Sin embargo, ambas afirman sin dudarlo que de España no se van. "Es una mentalidad diferente", creen que el español "sabe vivir mejor". La mayoría coincide en que "el clima moldea la forma de ser y de pensar", el ejemplo: "en Alemania cierran las escuelas a partir de 28 grados porque no están preparadas para el calor, aquí las cierran si nieva".

Algunos tópicos no se caen: el alemán es más "serio", más "puntual" y "se planifica más", pero el español es "trabajador", y tiene un carácter "fuerte y alegre". La mayoría opina que el país está preparado para salir de la crisis sin las intervenciones que han vivido otros estados europeos pues "España está más europeizada", asegura Gabriela Vesper, una alemana "con conciencia española" que piensa que la prensa aquí se ceba en exceso con la crisis. "Los medios de comunicación alemanes hablan en positivo de España, dicen que se ha pedido dinero para sus bancos pero que no está como otros países y aquí, estamos todos los días comprando el pan anticrisis y la mantequilla a precio de crisis". El pánico y el pesimismo que generan los medios de comunicación es algo que todos coinciden en criticar.

Pero no es la única crítica. "Falta responsabilidad y seriedad, todos los ciudadanos pueden y deben hacer algo para salir de la crisis", opina, al igual que sus compatriotas, Daniel Baumgartner, un empresario que considera que los recortes que propugna la doctrina Merkel "son necesarios" para "salvar el euro" y salir de la crisis. Uwe Deutscher y su hijo Norman son de la misma opinión. "Los españoles son trabajadores pero les falta seriedad" y creen que la clase política está aplicando "mal" los recortes, pues "no se puede quitar de Sanidad y Educación cuando en España hay más coches oficiales y más políticos que en Estados Unidos". Pero además, los Deutscher aseguran, como la totalidad de los alemanes entrevistados por este diario, que "la gente ha vivido por encima de sus posibilidades".

La culpa aquí, y según todos, apunta a los bancos. "Es increíble que una persona con la primera vivienda sin pagar, iba al banco y le daban un crédito para otra casa y un coche", opinó Horst Glöbe, un exconcejal de Dénia que asegura que, aunque el político municipal "está bastante castigado", los políticos españoles "viven demasiado bien, tienen los sueldos algo exagerados" y abusan del "amiguismo y el enchufismo". "No es justo que por estar unos años trabajando tengas un sueldo vitalicio, habría que regularlo".

Creen que "España está viviendo ahora una crisis que le permitirá salir mejor, como le pasó a Alemania hace una década", pero el proceso es "lento" e implica "sacrificios".

Uno de los mayores problemas que ven es "el paro de la juventud", en palabras de Gabrielle y Gunter, organizadores del Oktober Fest de Calp. "El nivel de idiomas de los jóvenes sigue siendo más bajo en España que en otros países" y "los jóvenes españoles no tienen costumbre de salir fuera y desplazarse a donde sea para buscar el trabajo para el que se han preparado", opinaron.

Para salir de la crisis, recomiendan mucha responsabilidad y capacidad de sacrificio: "La gente se vuelca cuando hay un terremoto en Lorca, debería surgir el mismo espíritu solidario ante una situación de crisis como ésta".