Unos han notado el golpe más que otros, pero la realidad es la misma para todos y es que, a estas alturas del verano, en ninguna de las dos playas de la costa alicantina se ha "hecho el agosto" como años atrás. El director a cargo del salvamento en la zona de Alicante, Miguel Ángel Morales, confirmó la existencia de una tendencia descendente de la afluencia de bañistas a las playas de San Juan y Postiguet, lo que ha afectado negativamente a las ganancias de los servicios que viven de ellas. A pesar de ello, la reducción de los beneficios no sería tan drástica de no ser por un factor principal y es que la gente que acude a las playas lo hace mirando por su bolsillo y con la mentalidad de disfrutar de su verano, pero con el menor gasto posible.

Lo que en julio se tomó como una mala racha, se ha confirmado ahora en agosto al comprobar que durante la época que suele ser el pico máximo del turismo, tanto hoteles como playas tenían huecos vacíos. Los chiringuitos y quioscos han sido los primeros afectados por la bajada de asistencia a la playa. "A menos bañistas, menos consumidores", explica Gustavo Callejas, uno de los camareros del restaurante Miramar en el Postiguet. "El año pasado por estas fechas teníamos a gente haciendo cola en la puerta, ahora sin embargo tenemos el local casi vacío", se queja el camarero. En San Juan, el dueño del quiosco Niza, Gabriel Duarte, confirma esta situación. "La venta de refrescos y tabaco se mantiene, pero el resto ha bajado notablemente", explica el tendero, "sobre todo se ha notado en la venta de revistas y de juguetes para los niños, lo que la gente se puede ahorrar sin problemas".

La competencia que otros años les hacían los vendedores ambulantes se ha visto sustituida este verano por la creciente iniciativa de la gente que trae comida de casa, lo que constituye una importante causa del debilitamiento de la clientela. El camarero de "El Chiri" en la playa de San Juan, Abraham Solves, reconoce que este año no se han visto muchos vendedores ambulantes. "La peor competencia nos la hacen los bañistas, que sí que se toman una cerveza fresquita de vez en cuando, pero cargan todo lo que pueden de casa". Además, "para no gastar, la gente se trae la nevera y no consumen", se quejan desde los establecimientos.

Los bañistas por su parte, explican que la situación económica no está "para andarse con lujos". Sandra Baile, una de las bañistas alicantinas que acude a la playa de San Juan, explica que ya que "no se ha podido salir fuera este año", no se va a "andar derrochando" en su propia ciudad.

Aunque la asistencia se haya reducido en general, varía dependiendo del perfil del bañista. "Los alicantinos siguen acudiendo a la playa, incluso probablemente más que en años anteriores", afirmó Morales, al tiempo que asegura que probablemente se deberá a que hay menos gente que se va de vacaciones fuera de la ciudad o que se van por menos tiempo. Por otro lado, declaró igualmente que la disminución de turistas con su segunda residencia en las playas de Alicante ha sido notable durante los meses de verano. Además, el turismo internacional también se ha reducido, aunque este año hay "más estudiantes erasmus de lo habitual", explicó el director de salvamento del litoral alicantino.

Otros sectores

El descenso no solo se ha notado en la hostelería. Los encargados de servicios playeros, como el alquiler de hamacas o de barcos de patín sufren también el descenso de los consumidores. "Está siendo el peor verano en mucho tiempo en cuanto a clientela", explica Alberto Cano, encargado del servicio de hamacas en la playa del Postiguet mientras contempla las hileras de hamacas que permanecen sin usuarios en hora punta. Su homólogo en la playa de San Juan, Cristian D'Alessandro, afirmó que este año han tenido muchas de las tumbonas apiladas, mientras que el año pasado "se utilizaban todas". Una de sus más veteranas usuarias, Pilar López, explica que en 30 años que lleva viniendo a esa playa, "nunca había visto ni las hamacas, ni la orilla tan vacías".

Francisco Gracia, del servicio de barcos de patín del Postiguet, tampoco está viviendo su mejor año. El pequeño empresario asegura que en comparación con el año pasado, "la actividad ha bajado en torno a un 20 por ciento". Y es que en su afán por ahorrar, este año los bañistas para no vaciarse la cartera llenan los coches o directamente cargan con las sombrillas, las sillas y la comida desde casa, e incluso, en alguna ocasión, se les puede ver con tiendas de campaña.

Las colchonetas y barcas hinchables han reemplazado en las aguas alicantinas a los barcos de patín, que permanecen en su mayoría anclados en la arena. El ingenio se agudiza en situaciones de crisis y este año en las playas de San Juan y el Postiguet ha quedado más que demostrado, en perjuicio de los comercios que buscan allí sus beneficios en los meses de julio y agosto.