La orografía de La Torre de les Maçanes dificulta la extinción

El Centro de Emergencias de la Generalitat Valenciana, por su parte, informó de que, al cierre de esta edición, el incendio seguía estabilizado y sin llamas y que no se había reproducido. Además, el perímetro se encontraba sellado y enfriado. Junto a los cuatro medios aéreos que participaron en la extinción de este incendio, trabajaron en estas labores seis brigadas forestales y efectivos de bomberos, que cuentan con el apoyo logístico de seis autobombas, según indicaron fuentes del Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat. Mientras, los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que hasta ahora participaban en estos trabajos fueron desmovilizados, una vez quedó el incendio forestal estabilizado y sin llamas.

El alcalde de La Torre de les Maçanes, Cristóbal Sala, que por la mañana se desplazó con el resto de miembros de la Corporación al funeral del brigadista Emilio Albargues en la localidad valenciana de Pobla del Duc, estuvo por la tarde y la noche en la zona afectada. "Los bomberos nos dicen que hay pinos de los que todavía sale humo, y los retenes de vigilanca se van a quedar toda la noche", afirmó Saña, quien añadió que habían vivido unas cuarenta y ocho horas muy difíciles.

Sólo era cuestión de tiempo que se produjese un incendio de estas dimensiones en los bosques situados en los términos municipales de La Torre de les Maçanes, Penàguila y Benifallim. Tal y como había avanzado en numerosas ocasiones este diario, las nulas inversiones en materia de limpieza y desbroce habían convertido este espacio en un auténtico polvorín. Baste como ejemplo que los innumerables troncos y ramas que quebró la nevada registrada en la zona hace tres años continuaban esparcidos por el suelo, secos y transformados en una auténtica amenaza, como ahora ha quedado en evidencia.

Propiedad privada

Cabe destacar que la mayor parte afectada por el incendio es privada y que, en teoría, sus propietarios están obligados a asumir el mantenimiento. Con todo, hay que señalar que la Conselleria de Medio Ambiente no concede ayudas para este tipo de tareas desde hace al menos cuatro años.

A todo ello hay que añadir que tampoco este año el Consell ha convocado las subvenciones que posibilitaban la contratación de brigadas PAMER, cuyos integrantes se encargaban de desbrozar zonas próximas a los municipios y de arreglar los caminos.

El alcalde de Penàguila, Carlos Blanes, hacía referencia ayer a la evidente falta de limpieza del monte, aunque añadía otra serie de factores para explicar la tragedia vivida en este punto de la provincia como el hecho de que "desde hace 25 años no hay ganado en la zona, que contribuía a desbrozar la sierra. Además, el día del incendio el calor era impresionante y todos los factores meteorológicos estaban en contra".

La zona afectada por el fuego estaba configurada, en su mayor parte, por pinar adulto, con lo que se calcula que serán necesarios al menos 60 años para que vuelva a recuperar un aspecto similar al que presentaba antes del siniestro.

La Guardia Civil, por otro lado, mantenía ayer acordonada el área afectada por el fuego y, de manera especial, el lugar en el que se produjo la tragedia que acabó con la vida de un agente mediambiental y un brigadista, dejando heridos a otros dos. Al parecer, esta medida, aparte de para garantizar la seguridad, estaría relacionada con la investigación judicial abierta para intentar esclarecer las causas del accidente. La Guardiua Civil tomó el lunes declaración al propietario del vehículo averiado desde el que surgió el foco del incendio. No ha trascendido, hasta el momento, el contenido de las declaraciones del mismo, aunque fuentes de la Fiscalía no ven, en principio, indicios de delito.