Un incendio declarado poco antes de la una de la tarde de ayer en La Torre de les Maçanes provocó la muerte de dos personas y heridas a al menos otras tres, además de quemar una extensa superficie de arbolado que a última hora de la jornada todavía no había sido cuantificada. Uno de los fallecidos es Ernesto Aparicio Esteve, un agente medioambiental vecino de Ibi. El otro es un brigadista que fue trasladado con heridas muy graves al Hospital General de Alicante y fue ingresado en la UCI. Alrededor de las dos de la madrugada fuentes del Consell anunciaban su muerte. Por su parte, los dos heridos confirmados son brigadistas de emergencia desplazados al incendio, y fueron trasladados a hospitales de Alicante y Alcoy.

El fuego continúa sin control y al amanecer se han incorporado a las tareas de extinción más de doscientos efectivos terrestres y veintiséis medios aéreos que intentan frenar el avance de las llamas, que en la noche de ayer hicieron cundir el miedo entre autoridades y vecinos ante la posibilidad de que las llamas se extendieran en dirección al puerto de Tudons, ya en la sierra de Aitana.

Fuentes de la Conselleria de Sanidad aseguran que a las 12.00 horas de hoy se hará público el parte médico del estado de salud de los otros dos brigadistas que resultaron heridos en esas labores y que permanecen ingresados en el Hospital General de Alicante y en el Hospital 'Virgen de Los Lirios' de Alcoy. Las tareas de extinción se centran en la cabeza del incendio para tratar de estabilizarlo y evitar que se incremente el perímetro, según han indicado fuentes del Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat.

El conseller de Gobernación, Serafín Castellano, tiene previsto mantener una reunión con alcaldes y técnicos del Puesto de Mando Avanzado (PMA) para informar sobre las labores de extinció.

El incendio se debió a un trágico infortunio, ya que, según explicó el conseller de Gobernación, Serafín Castellano, el fuego se originó en el motor de un coche que se averió en una zona de pinar en la partida de La Rabosina, a unos tres kilómetros al noreste del casco urbano de La Torre de les Maçanes. Al abrir el capó salió una llamarada, que rápidamente se extendió al arbolado y ya no se pudo sofocar. La orografía escarpada, junto con los continuos cambios de dirección del viento, favoreció la propagación del fuego. La zona cuenta con masa forestal importante, sobre todo de pino adulto.

El incendio obligó a desalojar alrededor de una quincena de viviendas diseminadas, así como a 130 niños que pasaban unos días en un albergue en la masía de Els Castellans. Ninguna edificación quedó calcinada, según precisó Vicent Baeza, inspector jefe del Consorcio Provincial de Bomberos. El responsable, no obstante, admitió la posibilidad de que alguna hubiera sufrido daños de menor importancia, como signos del incendio en las ventanas u otros cerramientos, especialmente aquellas más cercanas al bosque. La Guardia Civil estuvo desde primera hora de la tarde cerrando los accesos, para impedir la presencia de cualquier persona ajena a las labores de extinción y evitar de esta forma posibles males mayores.

El conseller de Gobernación y el inspector jefe de los Bomberos comparecieron en el Puesto de Mando Avanzado, instalado ante la Casa de la Cultura de La Torre. Castellano precisó que en las labores de extinción trabajaban 18 medios aéreos, nueve brigadas, cinco autobombas, cinco vehículos de bomberos y una sección de la Unidad Militar de Emergencias (UME). A esta última debía unirse otra al término de la tarde. Los esfuerzos se concentraban en la cabecera del incendio, donde las llamas avanzaban en dirección norte y noreste, mientras que en el resto el fuego se encontraba bastante perimetrado.

Por su parte, Baeza destacó lo "complicado" del incendio por los "continuos cambios de viento", especialmente en las primeras horas, y que el objetivo era que las llamas no atravesaran el puerto de Benifallim y se extendieran a la vertiente opuesta de la montaña. El fuego, de todos modos, llegó a afectar a terrenos del municipio vecino situados en la cara sur de la sierra, así como a Penàguila. El jefe de Bomberos alegó que aún era demasiado pronto como para hacer un balance provisional de hectáreas quemadas, aunque a vista de mapa se puede apreciar que la superficie es destacable. Se temía que el fuego pudiera alcanzar la zona del puerto de Tudons, afectando así a la sierra de Aitana, ya que entonces la catástrofe sería todavía mayor.

Corte de una carretera

Mientras tanto, el casco urbano de La Torre no se vio afectado por la proximidad de las llamas ni por el humo, aunque el incendio era claramente visible y la preocupación en el pueblo era patente. También se dio aviso a los vecinos de Benifallim, situado a apenas 10 kilómetros, de forma preventiva por si en un momento dado hubiera peligro. Al cierre de esta edición, afortunadamente, esa circunstancia no se había producido. Sí se mantenía cortada, no obstante, la carretera que une ambas localidades, la CV-780, por la proximidad del fuego y la imposibilidad para circular a causa del humo. No había problemas, en cambio, en los accesos a La Torre desde Xixona y desde Relleu.

El conseller Castellano lamentó "profundamente" el fallecimiento de una persona, y transmitió sus condolencias a los familiares. Por su parte, los tres heridos fueron rescatados en helicóptero y posteriormente llevados en ambulancia a centros sanitarios. Dos quedaron ingresados en el Hospital General de Alicante, y el tercero, en el de Alcoy.

Un verano negro en todo el territorio alicantino

El fuego lleva presente en los distintos parajes naturales de la provincia desde hace meses quemando una importante masa forestal (en gran parte protegida) y obligando a desalojar a decenas de vecinos. En mayo, el fuego arrasó en la Vall de Gallinera (al límite con Villalonga de la Safor) más de 50 hectáreas. En abril, otro incendio quemó cuatro hectáreas en El Rebolledo. Y en mayo, el fuego calcinó otros 5.000 metros cuadrados de carrizo del parque natural El Hondo, en el término municipal de Elche. Apenas 11 días después, otros dos incendios forestales, en Muro, se iniciaban casi de forma simultánea. Polop de la Marina (en la Marina Baixa), Molí d'Ombría (en Banyeres), Tarrenyes de la Vall d'Ebo y la Vall de Guadalest (en la Marina Alta) han sido también otras de las zonas afectadas en las últimas semanas. No se recuerda un verano tan "caliente" en la provincia desde hace casi dos décadas. r. lópez