El juzgado de guardia de Alicante decretó ayer la libertad provisional para todos los manteros detenidos durante las redadas del pasado fin de semana, incluidos los dos arrestados por su presunta implicación en la agresión a dos agentes de la Policía Local la noche del sábado, según confirmaron ayer a este diario fuentes judiciales. La mayoría de ellos son de origen senegalés. Paralelamente para dos de ellos se acordó el traslado al Centro de Extranjeros de Valencia por estar afectados por órdenes de expulsión. Algunos de los detenidos criticaron la "brutalidad policial" durante sus detenciones y achacaron la redada a "una venganza" por el ataque a los dos policías. Uno de ellos no pudo pasar a disposición judicial ayer tras haber sido ingresado en el Hospital General de Alicante tras una supuesta agresión en el momento de su arresto. Su abogada, Aurora Gámez, anunció que en breve presentaría una querella contra el agente que llevó a cabo su detención.

Los hechos arrancan de la agresión que sufrieron el pasado sábado dos agentes de la Policía Local en el Paseo de la Explanada cuando fueron apaleados por un grupo de hasta quince vendedores ambulantes mientras estaban identificando a uno de ellos. En el ataque se usaron tubos de hierro, palos y sillas plegables. Un día después de esta agresión, la Policía lanzó un espectacular despliegue en las playas de la Albufereta y de San Juan contra la venta ambulante y que acabó con la detención de, al menos, trece personas. Sólo a dos de ellas se les ha imputado el estar implicados en el ataque a los agentes, mientras que al resto se les arrestó por delitos contra la propiedad industrial.

Aunque desde el primer día se matizó que los dos detenidos no eran los autores materiales de la agresión, la Policía consideraba que sí estuvieron en el grupo que atacó a los agentes. Sin embargo, ningún testigo pudo identificar a estos dos detenidos como parte del grupo y su forma de vestir tampoco coincidía, según se apuntó desde la defensa. De todos modos, uno de ellos estaba afectado por una orden de expulsión del territorio nacional, motivo por el que se acordó el traslado al centro de internamiento de extranjeros de Valencia.

Del mismo modo, el resto de los detenidos durante las redadas del fin de semana quedaron en libertad como presuntos autores de delitos contra la propiedad industrial y venta ambulante. Las defensas de estos arrestados criticaron ayer el dispositivo policial, en el que uno de los detenidos, un senegalés de 27 años, ha tenido que ser ingresado en el Hospital General de Alicante. La letrada Aurora Gámez aseguró que, en breve, presentará una querella contra el agente que le agredió. Según explicó, ni siquiera estaba vendiendo en la zona. "Iba a ver a unos amigos en la avenida de Niza de la Playa de San Juan, cuando de repente apareció todo un despliegue de hasta más de treinta policías", explicó. En el momento en que una agente estaba identificándole, otro policía le propinó un golpe en la cabeza con su defensa reglamentaria. La declaración de este detenido en la Comisaría tuvo que posponerse debido a la hinchazón que presentaba en la ceja, que empezó a supurar. Ayer no pasó a disposición judicial y al principio permanecía en el hospital con vigilancia policial. El juzgado de guardia también acordó su libertad.

Otros de los senegaleses detenidos en las redadas también han asegurado ser agredidos durante la batida policial. Según explicaron algunos de ellos, en cuanto vieron aparecer a la Policía todos pensaron que se trataba de "una venganza" por lo ocurrido el sábado. De hecho, algunos sostienen que los agentes les preguntaron expresamente quién fue el que había agredido a su compañero. Al verse acorralados, algunos corrieron hacia el mar.

El abogado Laureano del Castillo, que defendía a otros siete de los arrestados, aseguró ayer que a algunos se les había acusado de atentado a la autoridad por el hecho de levantar las manos y caminar hacia los agentes, algo que se interpretaba como una actitud desafiante. Poco antes de las dos de la tarde, todos los detenidos abandonaban el juzgado con la orden de libertad.

El agente herido que estaba más grave abandona la UCI

El policía local herido en la agresión del sábado abandonó ayer la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General de Alicante y ha sido trasladado a una planta normal del centro de sus graves lesiones, donde evolucionaba favorablemente, según confirmaron ayer fuentes sanitarias. El agente se encontraba en estado crítico tras sufrir un edema cerebral como consecuencia de los golpes recibidos en la cabeza durante el ataque. En los primeros momentos se llegó a temer por su vida, dada la gravedad de las heridas. Las fuentes consultadas por este diario apuntaron a que el funcionario sufría politraumatismos como consecuencia del ataque con objetos contundentes por parte de un grupo de unas quince personas. El otro agente atacado recibió un golpe en un ojo, pero los médicos descartaron que fuera a perder visión o que hubiera pérdida de masa ocular. Desde la concejalía de Seguridad Ciudadana se indicó ayer que por el momento no había nuevas novedades en la investigación. p. a. / j. a. m.