La Policía Local detuvo ayer a diez manteros en Playa de San Juan y a otros tres en la playa de la Albufereta pasadas las 23 horas, según informó la Concejalía de Seguridad del Ayuntamiento de Alicante. El propio concejal, Juan Seva, ha comentado a este medio que, en principio, ninguno de los arrestados es el autor de la agresión, aunque sí que han conseguido obtener información para continuar con la investigación. "Esta gente se suele conocer y se mueve por los mismos sitios", ha subrayado para justificar la operación.

Seva ha dejado claro que sí que tenían que ver ambas redadas con el suceso del sábado, además de con perseguir de manera más exhaustiva la venta ilegal que llevan a cabo los manteros.

Testigos de la redada que tuvo lugar en el paseo marítimo de Playa de San Juan, desde la zona de McDonalds hasta el Faro, criticaron la actitud de los agentes que, a su juicio, actuaron con excesiva dureza contra los vendedores ambulantes.

Algunos de estos testigos afirmaron que el despliegue fue muy amplio y que las calles colindantes estaban también vigiladas para evitar la huída de los 'manteros'; por lo menos una unidad en cada acceso al paseo. "Había cerca de 10 coches, 5 motos y un par de quads de los que usan en la arena", relataba una señora que aseguraba haber pasado "miedo". Su marido explicaba q ue fue muy impresionante ver a "tres policías sujetando a un chico contra el suelo, uno con la rodilla en su espalda y otro con la porra en la garganta".

"La Policía entró muy fuerte", relató a informacion.es un camarero que presenció lo ocurrido la noche de ayer, "la mayoría de la gente abucheó a la Policía porque se estaban llevando a chiquillos de una manera muy fea", concluía el empleado mientras atendía una mesa. En uno de los locales contiguos aseguran que vieron agentes y coches pero que no sabían "de que iba el tema".

Otra persona que se encontraba en lugar de los hechos paseando relataba que vio como la Policía se "llevaba manteros esposados" mientras que "agentes de paisano recogían las pertenencias que los manteros trataban de vender". Este testigo aseguró que escuchó críticas a alguno de los presentes como "no hay derecho" o "esto es una vergüenza".

Los taxistas que se encontraban por la zona haciendo servicios aseguraban que la Policía también los paraba a ellos, por si se "llevaban" a alguno de los vendedores ambulantes.