Distintas versiones para un mismo hecho. Mientras el PP negó ayer de forma tajante que el Consell haya solicitado un rescate al Estado, los tres partidos de la oposición con representación en las Cortes Valencianas (PSPV, Compromís y EUPV) censuraron que la petición de fondos para hacer frente a los vencimientos de deuda viene a ser una especie de "suspensión del autogobierno".

El primero en negar la palabra rescate fue el vicepresidente del Consell y portavoz del Ejecutivo autonómico, José Císcar. Lo hizo a través de la red social Twitter apenas unas horas después de que él mismo explicara en rueda de prensa que la Generalitat había solicitado al Ejecutivo central acogerse al fondo extraordinario de liquidez. Císcar señaló que el Gobierno autonómico se había acogido a un mecanismo estatal y remachó que en ningún caso es un rescate. El propio jefe del Ejecutivbo, Alberto Fabra, se postuló en términos similares, varias horas después de conocerse el rescate, en Calp. Lo hizo a media tarde y a preguntas de los periodistas. "Desmiento la afirmación de que sea un rescate, porque no es verdad", sentenció. Y agregó: "Nosotros hemos sido los primeros en pedirlo, pero detrás van a venir muchas comunidades a solicitar precisamente lo mismo, al igual que ocurrió con el plan de pago a proveedores".

No lo vieron así ni el líder del PSPV, Ximo Puig, ni los síndics de Compromís y EUPV en las Cortes, Enric Morera y Marga Sanz, respectivamente. Tampoco el líder de los socialistas de la provincia de Alicante, David Cerdán. "Alicante necesita un Consell que no esté paralizado ni intervenido", dijo.