"Tenemos hambre, que salgan los chorizos". Gritos y huevos. Esta fue la bienvenida que brindaron más de 200 manifestantes al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra y a la consellera de Turismo, Lola Johnson, durante una visita a Guardamar del Segura. Horas previas al anuncio del rescate económico a la Comunidad Valenciana, los participantes de la protesta mostraron su malestar por los recortes aprobados esta semana por el Gobierno de Mariano Rajoy.

La jornada estaba dedicada al XXV aniversario del descubrimiento de la Dama de Guardamar y al primer día de las fiestas patronales del municipio, pero la tensión se vio reflejada en este evento donde las fuerzas de seguridad tanto local, autonómica como nacional se las tuvieron que ingeniar para evitar males mayores. La manifestación ya esperaba en el lugar la llegada de la comitiva. Minutos antes en los bajos del consistorio, la consellera Johnson ya tuvo que esquivar los primeros lanzamientos de huevos con la ayuda de otros cargos públicos. Conforme pasaban los minutos la protesta -pertrechada con todo tipo de pancartas, pegatinas y cartulinas- elevó el tono para que todos los invitados conocieran el rechazo ciudadano a las decisiones del PP.

Tras el lanzamiento de huevos, los manifestantes entonaron cánticos del tipo: "¿Quién nos va a pagar el material escolar?". Las protestas arreciaron sobre la una de la tarde cuando se supo que el presidente de la Generalitat había modificado su ruta para sortear a los concentrados en el Ayuntamiento de Guardamar. Ante el ambiente que le esperaba, Fabra se vio obligado a suspender su visita al consistorio e introducirse en la Casa de Cultura cuando apenas había público esperándole. Tras las fotos oficiales con la corporación municipal, llegó el difícil momento de la salida. El jefe del Consell sólo podía salir por la puerta principal y aguantar el chaparrón. Cuando alcanzó su vehículo volvió a aparecer una lluvia de huevos que impactó en varios coches oficiales.

Los medios de comunicación desplazados se quedaron sin declaraciones. Alberto Fabra no quiso un encuentro con la prensa, aunque su equipo de protocolo -a la estela de lo que hacía su antecesor Francisco Camps- se encargó de invitar a la prensa a que grabaran lo previsto en el guión. Muchas preguntas y pocas respuestas en un día en que la Comunidad se convirtió en la primera autonomía en pedir auxilio al Gobierno para cuadrar sus cuentas.