A finales de junio, las autonomías agotaron los 15.000 millones de euros que, en su momento, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) puso a su disposición para amortizar sus deudas. Y, además, en el caso de la Comunidad Valenciano, el Gobierno de Mariano Rajoy ha transferido una aportación extra de 135 millones a la Comunidad Valenciana para pasar el mes de julio. La Generalitat está en una situación crítica con impagos generalizados de servicios como las farmacias. Con ese dinero, además, no es suficiente. No se pueden cubrir los gastos del "día a día". Ni mucho menos. Además, como se recordará, la Generalitat ya recibió en enero los fondos que debía haber ingresado ahora procedentes del modelo de financiación.

La situación, además, es mucho más grave si se tiene en cuenta que los focos de la crisis continuarán apuntando a la Comunidad durante la segunda mitad del año. El Consell que dirige Alberto Fabra, de hecho, tendrá que afrontar vencimientos de deuda por importe de casi 3.000 millones de euros -2.883 millones, cerca de medio billón de las antiguas pesetas- a lo largo de los próximos seis meses. Un 40% de los 8.12o millones de obligaciones de deuda que la Generalitat tenía que satisfacer a lo largo de este ejercicio para poder financiar sus propias arcas pero también las de las universidades públicas y otros entes. Es una cantidad de tal calibre que la Comunidad acumula nada menos que una cuarta parte de los vencimientos de deuda de todas las autonomías del Estado, tal y como recoge el plan de reequilibrio financiero. Madrid acepta, a partir de septiembre, sentarse con las autonomías para negociar las condiciones de un nuevo modelo de financiación pero ya advierte que no pondrá más dinero sobre la mesa.