Leire Pajín deja la política... por el momento. La que fue ministra de Sanidad y secretaria de Organización del PSOE se marcha a Estados Unidos con un objetivo claro: poner en liza toda su experiencia en cooperación y tratar de mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos. La empresa no se presume fácil. Es todo un reto.

¿Piensa volver algún día a la política?

No es necesario poseer un escaño, ser miembro de la dirección de un partido o ser ministra para tener un compromiso político. Hay muchos militantes y ciudadanos que hacen política todos los días. Por lo tanto, no me voy de la política, porque mi compromiso político no lo voy a dejar nunca.

Me refiero a la primera línea.

Afronto un paréntesis en mi vida política. En este momento, mis ganas, mis convicciones y mi experiencia las quiero volcar en la lucha contra la pobreza y la ayuda al desarrollo. Insisto, es temporal. Como temporal siempre concebí estar en la primera línea.

¿Es cierto que durante su mandato el Gobierno entregó más de 60 millones a la organización en la que va a trabajar usted ahora?

España contribuye a ese organismo internacional como el resto de países del mundo en función de sus posibilidades y su tamaño. Es un país que cree en la cooperación al desarrollo, esa es la realidad.

¿En qué consistirá su nuevo trabajo?

Mi tarea es coordinarme con el resto de agentes de Naciones Unidas para implementar los objetivos de desarrollo del milenio y las mejoras de las condiciones de salud de América Latina. Es un ámbito que conozco bien, al que me he dedicado muchos años profesional y políticamente y que me hace especial ilusión.

Durante mucho tiempo ha habido polémica con los tres sueldos que supuestamente percibía. Si no es indiscreción, ¿cuánto va a cobrar ahora?

Ya demostré que esas acusaciones eran falsas. Sobre la pregunta, no es ninguna indiscreción, al revés. Te puedo asegurar que no me voy por razones económicas. Si fuera así, no dejaría un escaño de cuatro años por un contrato de seis meses en una ciudad en la que el coste de la vida es mucho mayor que en España, incluyendo la vivienda. Me voy por razones de compromiso personal y de convicción profunda.

¿Dimitirá como vicesecretaria general del PSPV?

Cuando tomé la decisión de dejar la primera línea política, lo hice con todas sus consecuencias. A partir de ahí sé muy bien que estoy en deuda con el PSPV y con Ximo Puig. Él sabe bien que con independencia del papel que ocupe, tiene mi compromiso, que es lo importante.

Entonces, ¿compatibilizará los cargos?

No, no, no. Insisto que mi decisión es abandonarlo todo. Tengo que mirar también las condiciones de Naciones Unidas, que en este caso son bastante estrictas. Pero no hace falta ser vicesecretaria general para que este proyecto salga adelante.

Usted fue ministra de Sanidad durante el último año de la pasada legislatura. ¿Qué le parecen los recortes promovidos por el Gobierno central y la privatización sanitaria del Consell?

Uno de los hechos más tristes y negligentes. La apuesta por la sanidad pública no es solo una cuestión de justicia, que lo es. Es una de las herramientas de cohesión social más importantes que tiene un país junto a la educación. Y también es una inversión en modelo productivo. La sanidad pública de este país es una de las principales empresas, genera muchísimo empleo y apuesta por el I+D+i. Por eso es negligente dejar caer uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo y que es eficiente. Tengo la sensación de que algunos han encontrado en la crisis la coartada perfecta para apostar por un modelo en el que siempre han creído y que los valencianos ya lo hemos probado como conejillos de indias.