A la Generalitat se la comen por los pies los intereses que genera su descomunal volumen de "números rojos". Nada menos que 448 millones de euros -unos tres millones al día- le cuesta al Consell la "fiesta" de saldar los gastos financieros que genera la deuda durante los cinco primeros meses del año, según figura en la resolución de la conselleria de Hacienda que recoge la situación de la tesorería autonómica actualizada a 31 de mayo de 2012. El documento refleja que, en la primera mitad del ejercicio, la Generalitat redujo a la mitad los pagos de los capítulos de inversión mientras que, por contra, ha tenido que hacer un esfuerzo mayor para saldar los gastos derivados de la deuda. Todo ello en un escenario, pese a los adelantos de fondos del Gobierno, de caída generalizada de los ingresos; y de un deterioro de la tesorería, con 46 millones menos en caja y todavía en peor situación que hace un año, lo que evidencia, obviamente, las dificultades del Ejecutivo autonómico para hacer frente a las facturas del "día a día" de la gestión.

El estado de tesorería, publicado en la edición de ayer del Diari Oficial de la Comunitat Valenciana (DOCV), es un reflejo de la grave crisis financiera de las cuentas autonómicas, las más endeudada del Estado después de aprobarse el plan de pago a proveedores con "números rojos" que superan el 26% del Producto Interior Bruto de la Comunidad (PIB). De forma global, los datos son un espejo de una administración en quiebra y al borde de la bancarrota. Y reflejan un importante descenso de ingresos de más de 411 millones, un indicador que, en cualquier caso, sería aún peor si se tiene en cuenta que el Consell ya disfrutó a primeros de año de un adelantó de fondos que, en realidad, debía recibir en julio. Ahora, por eso, no hay ni un euro disponible. La actividad económica continúa bajo mínimos y, por tanto, es difícil que las empresas y que el Consell remonten el vuelo.

Al tiempo que caen las entradas de dinero, igualmente, la Generalitat ha logrado, en ese mismo periodo, reducir los pagos en 715 millones merced a las políticas de ajuste y a los recortes aplicados por el Gobierno de Alberto Fabra. El "tijeretazo" del Consell se deja sentir en todos los capítulos y en los principales departamentos. Con los datos en la mano, el desplome de la economía valenciana -la que más está acusando la recesión en toda España- se ha llevado por delante la capacidad inversora de la Generalitat. Hasta el 31 de mayo de 2012, de hecho, se contabilizaron abonos para inversiones -capítulos VI y VII- por valor de 443 millones, la mitad de los 890 millones que salieron de las cuentas autonómicas para inversión en el mismo periodo del ejercicio pasado. En la conselleria de Infraestructuras, el departamento inversor por excelencia, el esfuerzo también se ha reducido a la mitad: pagos de 213 millones hace un año por 110 ahora.

En el estado de la tesorería de la Generalitat también se empiezan a reflejar los efectos del recorte en Educación y Sanidad, consellerias en las que se ha reducido notablemente el gasto en la primera mitad de 2012. En el primer caso, el departamento que dirige María José Catalá, que a diferencia de mayo de 2011 suma ahora también las competencias de Empleo, ha rebajado los pagos en 234 millones de euros mientras que la reducción de abonos en Sanidad alcanza los 343 millones. Es decir, en apenas cinco meses, una disminución de partidas sociales de casi 600 millones, de acuerdo con los datos publicados en el Diari Oficial hasta el 31 de mayo.

Sólo hay una única excepción en la disminución generalizada de los pagos: las cantidades dedicadas a hacer frente a la deuda de la Generalitat. Crecen. Y no poco. Sólo durante 2012, como se recordará, la administración valenciana tendrá que abordar vencimientos por importe de 8.120 millones, un 25% de la cantidad que deben abonar todas las autonomías; y, además, asumir operaciones de tesorería previo pago de intereses más caros. Esa situación tiene un reflejo claro en el estado de las cuentas. Los intereses pasan de 297 a 448 millones. Y el servicio de la deuda, que incluye los intereses y también los gastos de amortización, alcanza los 535 millones. El coste que genera el endeudamiento sería, por presupuesto, la tercera conselleria.

Esperando los "hispanobonos" como agua de mayo

Desde hace meses, la Generalitat lleva esperando, como agua de mayo, que el Gobierno de España ponga en marcha, de forma inmediata, la emisión de "hispanobonos", un sistema que permitiría optar a poner en marcha subastas de deuda con el aval del Estado lo que, en principio, reduciría la presión que supone el pago de altos intereses. El conseller José Manuel Vela, abrumado desde que tomó posesión por la situación de las arcas autonómicas, lleva meses pidiendo a Madrid que abra la mano y autorice la medida. Entienden desde la Generalitat que facilitaría liquidez y garantizaría poder afrontar los pagos que genera la gestión autonómica. En principio, el próximo jueves, fecha en la que está fijada una nueva reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, el Gobierno podría ofrecer a las autonomías la emisión de los "hispanobonos". No sería gratis. Tendrían que controlar aún más el déficit y eso significa un mayor "tijeretazo". P. r. f.