La componenda anunciada ayer por el propio presidente, Alberto Fabra, para que Rafael Blasco no figure, aunque en realidad mantenga el cargo, como portavoz en las Cortes -rebajando así parte de la presión que el jefe del Consell había empezado a notar en sus últimas presencias en la Cámara- solo podrá rematarse a base de retorcer el reglamento del Parlamento valenciano. El apaño de la delegación de funciones en el viceportavoz Rafael Maluenda tenía un inconveniente. Y es que las preguntas en la sesión de control al jefe del Consell sólo pueden formularlas los síndicos-portavoces. Y en la sesión plenaria de mañana, hay preguntas. Si el PP se quedara sin poder dirigir la suya, quedaría en evidencia la anomalía de la situación.

Viaje, enfermedad o incapacidad

¿Solución? Se interpretará el reglamento para que el viceportavoz pueda sustituir también en este punto al síndic. Hace años, las Cortes impidieron que Joan Ribó, pese a estar en un viaje oficial de la Cámara, fuera sustituido por otro diputado de EU-L'Entesa. En cambio, en la legislatura pasada, sí se permitió que Enric Morera sustituyera a Mònica Oltra cuando ésta tuvo que viajar a Etiopía en el proceso de adopción de dos niños. Esta situación, no obstante, sí encontró amparo en el nuevo reglamento reformado y en vigor desde el 1 de enero de 2007, que prevé que otro parlamentario asuma las competencias del síndic en caso de viaje oficial, incapacidad o enfermedad.

¿En qué supuesto está ahora Blasco? Desde el PP se indica que en este caso no es que alguien asuma las funciones del síndic sino que es éste mismo el que hará un escrito comunicando la renuncia provisional a sus "responsabilidades y funciones" como portavoz en favor de Maluenda. "Esto el reglamento no lo prohíbe", aseguraron fuentes del PP, que se amparará en una supuesta laguna legal. El enjuague reglamentario permitirá a los populares mantener la situación de retiro virtual de Blasco en tanto se resuelva su futuro judicial.

Blasco presentó ayer un escrito en el que renuncia al complemento de 294 euros que percibe mensualmente en su nómina como parlamentario autonómico por vivir en la ciudad de Valencia. El escrito, al que tuvo acceso INFORMACIÓN , va dirigido a la Mesa de las Cortes, a la que pide dejar de recibir esa percepción -que se fija en función de la distancia entre la sede parlamentaria y la localidad de origen de cada diputado- con efectos desde el 1 de junio de 2012.

La cantidad a la que ha renunciado Blasco responde al concepto de indemnización por ejercicio de la función de diputado, que supone 294,17 euros para quienes viven a menos de diez kilómetros de las Cortes; 588 euros cuando esa distancia es entre diez y cien kilómetros; y 882 euros cuando se superan los cien kilómetros.