Que la ayuda para comprar libros de texto no iba a ser universal ya estaba asumido por los padres de alumnos. Lo que no esperaban es que se rebajara la partida en un 30%, por lo que han dado la voz de alarma y reclaman que se suba a los niveles del curso actual, 41 millones de euros y no los 29 millones en los que se ha quedado.

Los responsables de Educación han reiterado que pretendían llegar con más fondos a quienes menos tienen, y dirigir el bono libro a los verdaderamente necesitados y no a todos los alumnos en general como hasta ahora. Lo que no comparten los padres de alumnos, a través de la Confederación Gonzalo Anaya, tal y como evidenciaron en la mesa de padres celebrada ayer con los responsables educativos, es el "recorte drástico de las ayudas para los libros de texto".

Los padres quieren que "al menos la cuantía presupuestaria se modifique y se amplie, para poder cubrir a todos los escolares cuya renta familiar per cápita se encuentre en el tercer intervalo, los 7.455 euros de renta, a quienes se asigna tan solo un 40% de la ayuda, es decir 50 euros.

Se estudiará

La respuesta de Educación a la petición de los padres no ha sido ni positiva ni negativa. La directora general aseguró que "se ampliará la dotación presupuestaria si se estima necesario para cubrir las situaciones especiales de los escolares aspirantes".

Solo con la acreditación correspondiente de que la situación que arrastra una familia determinada es especialmente delicada procederá la conselleria a ampliar la cuantía de las becas que, este curso, primarán exclusivamente la renta per cápita.

Los representantes de los padres de alumnos también han hecho ver que cuando los progenitores se encuentren en el paro y lo acrediten, debería primar sobre la renta del año anterior en que, tal vez, dispusieran de empleo. Hasta ah0ra esta circunstancia se contemplaba en la orden de ayuda de libros como una medida extraordinaria que deben corroborar y tramitar desde los colegios.

El Consell sitúa a los docentes con el menor nivel de bajas laborales

Poco tiempo después de acceder al cargo, la consellera de Educación, María José Catalá, cifró en un 27% el nivel de las bajas de profesores. La indignación de los docentes fue mayúscula y los representantes sindicales se apresuraron a aportar sus propias cifras con una media de entre el 3% y el 4% de bajas a lo largo del curso pasado. Ahora, el informe elaborado por la conselleria de Hacienda como soporte del Plan de Control de Absentismo del personal al servicio de la Generalitat, viene a dar la razón a los delegados sindicales al situar el índice de ausencias del profesorado en 2011 en un 3,96%, e incluso apuntar que "se ha reducido, ligeramente, respecto al año anterior". Además, en la comparativa de bajas laborales de todo el personal dependiente de la Generalitat, los profesores aparecen con el "absentismo más bajo, seguido del personal de Justicia, un 3,99%, funcionarios laborales, un 4,44% y sanitarios un 5,46%. También la duración media de las bajas es inferior entre los dicentes, 35 días frente a los 74 días en el colectivo de Justicia. V. B.