"¿Y cómo se usan?", preguntaban los más pequeños mientras jugaban con los malabares a los monitores de la Asociación Donyet Ardit, que quiere abrir en 2013 una escuela de circo social en la Zona Norte de Alicante con el apoyo de un grupo de trabajadores sociales. El proyecto, que tiene su semilla en el taller de malabares de Juan XXIII, barrio en el que se implantará, empieza a dar sus primeros pasos con actividades como la de ayer, una gala benéfica de circo con la que recaudar fondos para financiar la formación de los malabaristas que impartirán las clases en la escuela y para el futuro centro de enseñanza de artes circenses. "Lo primero es acercarnos a los chavales y para ello los artistas, que es lo que son, necesitan formarse como pedagogos. Necesitamos tener profesores para encuadrar el alumnado según edades y disciplinas, con el fin de desarrollar las habilidades sociales a través del circo", explicó Estíbaliz Sanchís, de Jóvenes Cirqueros.

Esta formación llegará a través de un curso práctico para el que también han conseguido una subvención de la Unión Europea en el que participarán formadores de escuela de circo social de distintos países europeos. Este curso se desarrollará en las calles de Alicante entre el 4 y el 10 de junio, e incluirá acrobacias y malabares, así como demostraciones espontáneas de clown, "para promocionar el proyecto y que la gente lo empiece a conocer", apuntó Nuria Calatayud, profesora en los dos talleres de malabares que actualmente se imparten a chicos de 7 a 18 años en el centro comunitario Juan XXIII y en el instituto Las Lomas, ligados al programa Jóvenes Solidarios.

Algunos de estos grupos así como el taller de peluquería del centro comunitario Virgen del Carmen y el taller de carpintería del Gastón Castelló, también de la Zona Norte, acudieron a Las Cigarreras a ver la gala, que se celebró en la Caja Negra, con dos pases ofrecidos por las distintas asociaciones de circo, fila cero para donaciones y entradas a cinco euros para el público. Los organizadores esperaban una buena asistencia al recinto, que tiene una capacidad de 250 personas. En la gala también participó el grupo de batucada Klakibum, que se fundó "como algo pequeño pero que ahora cuenta con tres grupos de distintas edades y es muy conocido".

Todos los implicados en este proyecto coinciden en que la escuela social de circo será "un punto de encuentro de las artes escénicas pero también un espacio para el respeto y el trabajo en grupo. De paso los chavales aprenderán algo sano y diferente, y trabajarán las habilidades sociales a través del arte".