El conseller de Sanidad, Luis Rosado, explicó ayer que las empresas que resulten adjudicatarias de la privatización de la gestión de Sanidad podrán obtener un beneficio máximo de entre el 5 y el 7 por ciento una vez hayan conseguido un ahorro mínimo para la Administración del 10 por ciento.

Rosado señaló que la Generalitat persigue con este nuevo modelo conseguir un beneficio que "se va a cifrar entre el 10 y el 15 por ciento". No obstante, garantizó que los cálculos de la Administración apuntan que además de este ahorro todavía las empresas pueden conseguir un margen comercial mayor "mejorando la eficiencia de las cosas y este es el beneficio que tendrá la empresa". En el caso del modelo concesional se fija el beneficio en el 7 por ciento, mientras que en las cláusulas de condiciones de este nuevo modelo de gestión compartida "se fijará como límite máximo entre el 5 y el 7 por ciento". De este modo, "cuando hayamos alcanzo nuestro beneficio las empresas comenzarán el suyo, pero siempre estará limitado a un máximo", ha sintetizado.

El anuncio de que las empresas adjudicatarias obtendrían beneficios a partir de rebajas del gasto del 10% ha sido acogido con cautela y desconfianza por parte de los sectores sanitarios y los sindicatos de la provincia. El presidente del Colegio de Médicos de Alicante, Antonio Arroyo, ha pedido a la conselleria que sea muy escrupulosa a la hora de escoger a las empresas que vayan a entrar en la gestión de los hospitales. La trayectoria de estas mercantiles, a juicio de Arroyo, "tiene que ser contrastada y con mucho prestigio para que no pueda haber nada turbio". Sin embargo, el representante de los médicos alicantinos opina que la fórmula buscada por sanidad para que estas mercantiles obtengan beneficios "no tiene por qué significar una merma en la calidad de los servicios que se prestan". Por su parte, el presidente del Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana, José Antonio Ávila, señaló ayer que "lo privado no siempre tiene que ser sinónimo de eficiencia". Ávila apuesta porque las administraciones "hagan un esfuerzo por hacer más eficaz la sanidad pública". En este sentido "hay elementos de la gestión privada que podrían ser utilizados por los gestores públicos para hacer más rentable la sanidad".

Desde CC OO creen que "lo que más llama la atención, es la falta de rigor, la improvisación y el ocultismo en la configuración de la reforma de nuestro modelo sanitario", explica el responsable de Comunicación del sindicato, Salvador Roig. Respecto a que el beneficio de las empresa privadas, "que son las que controlarán áreas tan importantes como las resonancias, ortoprótesis o farmacia, se sustente en su capacidad de rebajar el gasto, es una irresponsabilidad que puede tener consecuencias muy negativas".