Habló de "Entusiasmo como actitud vital" y lo hizo en una sala repleta de universitarios preocupados por su futuro dentro de las actividades organizadas por el Gabinete de Iniciativas para el Empleo.

¿Qué hay que plantearse a la hora de buscar trabajo?

Que te guste porque así se busca con pasión. Cuando es solo para pagar la hipoteca llevas otra cara y por mucho teatro que se haga, se nota. Hay que intentar buscar trabajo en lo que nos gusta porque se transmite otra pasión. Es importante combinarlo también con las aptitudes y con la forma de ser. También es distinta una persona que quiere volar y hacer cosas en el extranjero que una que no quiere que le toquen la comida de mamá. Porque con lo bien que se vive en casa cómo se va a marchar uno a Cuba o donde sea y compartir habitación. Siempre habrá alguien de la familia o amigos que te dirán que no te vayas de tu entorno.

Entonces, lo importante es la vocación...

Es importante, es una voz interior que nos dice lo que nos apetece hacer y con ello seremos felices. Pero hay que ser valiente y conocerse. Una vez una persona cercana me dijo que quería trabajar con discapacitados. No es algo fácil o con glamour pero es lo que le gustaba. También tenía una compañera de estudios que quería ser psiquiatra infantil, y para eso tuvo que hacer Medicina, el MIR y marcharse a Suiza a por la especialización mientras trabajaba como camarera de hotel. Hoy es feliz.

¿Hay alguna excepción a esta regla del entusiasmo?

La necesidad. Cuando en una familia hay dos hermanos en paro y un padre enfermo, por ejemplo, hay que trabajar en lo que sea. Lo demás hay que dejarlo entre paréntesis y la persona pensar en lo que necesita él y su gente. Combinando eso hay menos dificultades a la hora de buscar trabajo.