"Es un orgullo personal pensar que uno puede estar contribuyendo con un pequeño grano de arena a este cambio". Así resume el pediatra Raúl González, miembro del equipo de profesionales del Hospital de Sant Joan su labor en Puerto Príncipe, Haití. González lidera un proyecto pionero que busca erradicar o, al menos, disminuir el elevado número de casos de VIH en la población infantil de este país.

El proyecto que dirige el también coordinador del área de Salud Familiar y Comunitaria en la oficina de la Organización Mundial de Salud (OMS) de Puerto Príncipe, pretende que todas las mujeres haitianas accedan a la planificación familiar, en especial aquellas que tienen VIH.

Una vez alcanzado este objetivo la atención de los expertos se centra en la prevención de la enfermedad y conseguir que el 95% de estas mujeres puedan someterse a pruebas del VIH y que este porcentaje reciba el tratamiento adecuado para evitar lo que se denomina el contagio vertical, es decir, de madre a hijo.

El doctor González recuerda que Haití es el país más pobre del hemisferio norte y que el terrible terremoto en 2010 y la posterior epidemia de cólera paralizó las inversiones en lo que se refiere a la lucha contra el VIH. "Estas dos catástrofes han agravado las ya de por sí duras condiciones de vida de los haitianos, con poco acceso al agua potable, escasos sistemas de saneamiento y los casi inexistentes servicios públicos básicos como el transporte", relata el experto. Sobre el proyecto que dirigirá hasta el próximo mes de junio, González explica que "la idea es incrementar la profilaxis -tratamiento médico- de la intervención vertical en todas las mujeres embarazadas, ya que la cobertura actual se sitúa en torno a un 50%, esperando llegar al 95% en 2015".

Actualmente, en Haití, hay aproximadamente entre 7.000 y 8.000 mujeres embarazadas con VIH, de una población de 10 millones de personas. El miembro del Hospital de Sant Joan señala que de esa cantidad de mujeres se diagnostica tan sólo a la mitad y reciben atención sanitaria tan sólo un tercio.

A pesar de las múltiples dificultades a la hora de trabajar, el pediatra alicantino asegura que "los auténticos héroes de esta historia son los haitianos, un pueblo orgulloso, trabajador como pocos y que soportan las durísimas condiciones de vida y la violencia cotidiana con un buen humor sorprendente y con un concepto de solidaridad como pocos pueblos en el mundo".