El alcance de los ajustes de las administraciones en las economías domésticas de la Comunidad Valenciana se convierte en un lastre para el día a día. Pero aún podría ser mucho peor.

En un país que roza los cinco millones de parados, cualquier imprevisto "carga" las cuentas de los hogares, ya castigadas por excesos de años de bonanza. Así, un informe publicado en diciembre del año pasado por la fundación Mapfre cuantifica en 1.400 euros la suma que necesitarían las familias valencianas para cubrir sus gastos básicos -comida, electricidad, agua, hipoteca, etc- ante un grave imprevisto que afecte sus ingresos actuales.

Así, una situación de invalidez, el desempleo o el fallecimiento de alguno de los miembros del hogar que aporta un sueldo a casa podría complicar aún más la situación en los hogares valencianos. Cualquier participación es clave y toda resta causaría pérdidas que quizás no podrían cubrirse.

Los ciudadanos que participaron en la encuesta coordinada por la fundación Mapfre reconocen que tener pérdidas económicas "importantes" es una de sus principales preocupaciones, solamente superada por la posibilidad de la merca de salud en algún miembro de su familia.

A su vez, el 84% de los valencianos que participaron en el documento consideraron que no se sentían bien protegidos ante un imprevisto grave. A pesar de la crudeza de los datos -que atestiguan una realidad difícil de digerir- el 26% de los residentes en la Comunidad Valenciana reconocieron no estar tomando ninguna medida de ahorro en medio de la actual crisis. La cifra avala que uno de cada cuatro valencianos no piensa en el futuro, quizá porque ya tiene bastante en sacar adelante la economía familiar en un contexto tan difícil como el actual.