Ni el viento pudo con la Santa Faz aunque las intensas rachas que soplaron ayer, en torno a 70 kilómetros por hora, a punto estuvieron de provocar un disgusto mientras se celebraba, ya en el caserío, la misa al aire libre presidida por la Sagrada Reliquia. El público que llenó la plaza de Luis Foglietti estaba con el alma en vilo y las autoridades eclesiásticas se vieron obligadas a trasladar el relicario al altar e incluso a sujetarlo durante la eucaristía.

Sin embargo, lo desapacible del tiempo no influyó en la participación ya que la romería batió su propio récord. Más de 260.000 personas cubrieron a pie la distancia entre Alicante y la pedanía de la Santa Faz, según informó desde el Ayuntamiento el concejal Juan Seva, quien destacó "que desde las 7.30 hasta las 11 horas el recorrido ha estado repleto de gente". Eso sin contar los romeros que llegaban desde San Vicente, Mutxamel, El Campello y otros puntos.

Además fue una peregrinación veloz como el mismo viento ya que la comitiva oficial, encabezada por las autoridades religiosas y políticas, tardaron 90 minutos en recorrer los ocho kilómetros que separan la Concatedral de San Nicolás y el monasterio acompañando a la réplica de la Santa Faz que se guarda en el céntrico templo alicantino, y eso que sufrió algún que otro atasco al principio.

"Como alcaldesa solicito que dé comienzo la Peregrina oficial del año 2012", dijo la primera edil , Sonia Castedo, a las ocho y diez de la mañana cuando los sacerdotes del cabildo habían terminado de rezar las tradicionales letanías en una Concatedral repleta de ciudadanos con blusón romero y la indispensable caña. "Procedamos en paz en el nombre del Señor", respondió el obispo, Rafael Palmero, y la comitiva atravesó, entre apreturas, la Puerta Negra. "Uno, dos y tres", avisó alguien en alusión a los escalones que hay en esta salida, y la réplica de la Santa Faz se hizo visible en la calle Miguel Soler, donde se produjeron momentos de agobio ya que allí esperaba una multitud que intentaba sacar la mejor foto con el teléfono móvil. Otros se santiguaban tras exclamar "Faz divina, misericordia" entre el volteo de campanas.

El vicario episcopal, Fernando Rodríguez, se encargó de portar la réplica de la Santa Faz en el inicio de la romería oficial, a la que asistió por primera vez el presidente del Consell, Alberto Fabra, con blusón negro y un bastón labrado de madera con el sagrado rostro. Le acompañaron varios consellers.

Durante la caminata, Fabra fue por detrás de la réplica, junto a Castedo y al obispo de la Diócesis. Al poco de empezar, a la altura de la plaza de la Santísima Faz, tuvieron que detenerse. No se podía avanzar por la gran cantidad de romeros que esperaban allí para ver el encuentro entre la imagen de la Verónica y la comitiva eclesiástica. "La hermandad saluda a la Peregrina y a todo el pueblo alicantino presente en esta jubilosa romería", se escuchó en medio del silencio. Después la imagen, a hombros de costaleros, encaró la calle Villavieja en dirección a la basílica de Santa María, lo que frenó la romería varios minutos más.

Una vez que la Verónica entró en su templo, la comitiva pisó el acelerador mientras se rezaba la primera estación del vía crucis y a las 8.45 se alcanzó la avenida de Dénia. Desde ahí solo tardaron una hora en llegar al caserío bajando por los túneles de la N-332, gracias a los policías que iban abriendo paso a la réplica apartando al público, lo que provocó quejas entre los romeros. Más de quince agentes entre Policía Nacional, Local y Protección Civil acompañaron a la comitiva religiosa y política.

Pese a todo, en muchos momentos los peregrinos se confundían con clérigos y políticos. Entre ellos, jóvenes con carros de supermercado con comida, bebida y música, en un fuerte contraste con quienes iban rezando, pero también familias, niños y mayores. Había caminantes descalzos por promesas, como Dani Neira, con su madre, esposa e hijos, ecuatorianos, "lo hacemos por la salud, el trabajo, la familia...", dijo tras explicar que la romería le recuerda a la del Divino Niño Jesús que se hace en su país el 25 de diciembre. "Yo vengo descalza para agradecer a la Santa Faz que se haya curado mi nieto -de 26 años- que tenía cáncer", explicó otra peregrina.

Una vez en el monasterio, las autoridades extrajeron la Reliquia del camarín donde se custodia y celebraron la misa, poniendo fin a los actos religiosos en honor a la Santa Faz, "una tradición que es fe y expresión cultural de un pueblo", como dijo el hermano Gabriel, de la Fraternidad Arca de María de Brasil. La fiesta se prolongó en el caserío, sus alrededores y en las playas, aunque a las cinco un chaparrón provocó una huida masiva.

Las autoridades entregan 3.000 euros a las hermanas

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y la alcaldesa, Sonia Castedo, visitaron a las monjas que custodian a la Santa Faz una vez que terminaron los actos religiosos. Primero se acercaron hasta la ventana del recinto donde venden algunos de los artículos relacionados con la Reliquia, y allí hicieron entrega a la comunidad de un donativo de 3.000 euros. Después entraron unos minutos al interior del recinto.