El presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), Joan Molas, tiene previsto reclamar hoy al ministro de Industria y Turismo, José Manuel Soria, que inste al Gobierno a rectificar y dotar de fondos al programa del Imserso (turismo de mayores), tras constatar que la partida de 103 millones de euros ha sido también víctima de los recortes al sufrir un tijeretazo del 25%, lo que la deja en 75 millones de euros para el próximo invierno. El recorte amenaza los 20.000 empleos que mantiene el programa en la provincia todos los inviernos.

El turismo del Imserso es clave para la Costa Blanca y, en concreto, para los hoteles de Benidorm, gran parte de los cuales siguen abiertos en temporada baja gracias a los turistas jubilados a los que el Gobierno subvenciona una parte de los viajes. Los hoteleros consideran muy preocupante y, en cierta manera, inexplicable el recorte porque, además, por cada euro invertido en el programa el Estado recupera 1,5 euros a través de las prestaciones sociales que deja de pagar a los trabajadores en los hoteles abiertos, así como a través del IVA que se genera en las zonas turísticas.

La Costa Blanca tiene hasta ahora asignadas 100.000 plazas del cupo del turismo del Imserso, lo que le permite recibir a 250.000 jubilados todas las temporadas entre octubre y abril, la mitad de las solicitudes. En la Comunidad Valenciana se benefician del programa Benidorm, Guardamar, Finestrat, Altea, Xábia, Santa Pola, Peñíscola y Gandía.

Hasta el pasado mes de febrero, un municipio como Benidorm, que está en el programa desde que se creó, había recibido ya a más de cien mil turistas el Imserso. Fuentes de la patronal Hosbec apuntaron ayer, en este sentido, que "estamos muy preocupados y queremos ver cómo queda finalmente el programa, ya que si mala noticia es que se recorten los fondos, resultaría catastrófico que el ajuste fuera también de las plazas ofertadas. Algo malo tanto para los hoteles como para el propio Gobierno". En principio, lo que parece más lógico es que el recorte del presupuesto incremente el precio que tienen que pagar los jubilados que se inscriben en el programa.

Los alrededor de 250.000 jubilados españoles que disfrutan cada año del programa de vacaciones subvencionadas por el Imserso en la Costa Blanca hacen posible que el sector turístico salve la temporada baja, y frene el cierre temporal de decenas de hoteles en la provincia. El turismo de la Tercera Edad evita también la destrucción de 20.000 empleos entre octubre y abril. La planta hotelera provincial roza los 300 establecimientos de los que 50 reciben turismo del Imserso. Los hoteles ingresan del Gobierno unos 5 millones de euros, cantidad a la que hay que añadir otros ingresos derivados del gasto directo de los clientes. La patronal hotelera maneja un informe que señala que cada euro invertido por el Gobierno tiene una tasa de retorno de 1,52 euros.

El turismo del Imserso supone un auténtico balón de oxígeno para el sector hotelero de la Costa Blanca que en tres años ha pasado casi de considerar este mercado una rémora a reclamar que aumente el cupo. Los hoteleros apenas reciben unos 20 euros por persona y día de estancia -los grupos de jubilados pasan 12 días en el destino- con lo que tienen que facilitar pensión completa y fiesta de bienvenida.

Un precio que en los años de bonanza llegó a lastrar la cuenta de resultados al impedir que el resto de las plazas se pudieran vender más caras, pero que ahora resulta competitivo porque, según apuntaron ayer fuentes del sector, permite trabajar y preparar ofertas con la tranquilidad que supone el contar con una bolsa fija de clientes en los meses más flojos del año.

"Nos es ninguna exageración señalar que el Imserso contribuyen a salvar la temporada baja porque contamos con unas 250.000 personas que pernoctan en los hoteles, consumen en los bares y compran en las tiendas. En una situación de crisis como la actual es un buen complemento", apuntaron ayer fuentes del sector. Los beneficiarios del programa de vacaciones sociales disfrutan de un "paquete" vacacional que incluye el viaje de ida y vuelta (salvo en los casos de turnos sin transporte), alojamiento en régimen de pensión completa, seguro, médico en el propio hotel y servicio de animación. Pese a que en un principio el programa era básicamente social, cada vez se benefician del mismo jubilados con mayor poder adquisitivo.

Por su parte, Joan Molas tildó ayer de "absurdo" aplicar la tijera en determinados servicios que "redundan en el bien común y recaudan más dinero del que aportan". Los hoteleros recuerdan que el modelo ha funcionado con éxito durante 20 años y cuanto más dotación económica más rendimiento genera.