La crisis no parece que esté pasando factura a la venta estos días de uno de los productos más tradicionales en la zona de Levante, la mona. Eso sí, las tendencias cambian y parece que la gente prefiere comerse este producto de bollería en casa antes que salir al campo a la playa. Así lo atestiguaban ayer, lunes de Pascua, zonas como el castillo de Santa Bárbara o las inmediaciones del monasterio de la Santa Faz, lugares tradicionales en los que pasar esta jornada y que ayer registraban menos afluencia que en años anteriores. La gente prefirió ir a la playa y disfrutar de un soleado día tras el mal tiempo de la semana pasada.

Sin embargo, desde las panaderías de Alicante se mostraban ayer satisfechos con las ventas de los últimos días. "Este año no hemos innovado, haciendo figuras especiales, e incluso habíamos bajado los precios porque pensábamos que el descenso de ventas iba a ser muy fuerte. Sin embargo, al final la gente ha respondido y prevemos vender 4.000 monas, una cifra superior a la del año pasado", señaló Guillermo Gregori, del Horno Rafaelet. Gregori cree que esta tradición "tiende a desaparecer y se mantiene gracias al empeño de los abuelos y de las personas mayores en general". El Gremio de Pasteleros, por su parte, cifra en un 5% el incremento en las ventas de monas y entre un 5% y un 10% el de las monas de chocolate, "un producto relativamente nuevo en la provincia pero que cada vez más se va incorporando a la cesta de los consumidores", señala Raúl Asencio, responsable del gremio de Pasteleros de Alicante. Asencio cree que este año se venderán 8500.000 monas tradicionales y 45.000 de chocolate. Desde el Horno de San Agustín, su responsable, Paco Planelles también destacaba el ligero aumento de este año, "en el que venderemos unas 3.000 monas".