El Gobierno saldrá al rescate de la Generalitat si, llegado el caso, el Ejecutivo de Alberto Fabra tiene dificultades de liquidez, como ocurrió el pasado mes de diciembre, para hacer frente a los vencimientos de deuda que, explicó el conseller, llegan a los 4.000 millones a lo largo de este año -2.500 de ellos concentrados durante el segundo semestre de 2012-, según los datos que ofreció el conseller Máximo Buch durante la reunión de la comisión de Economía de las Cortes a preguntas del socialista Julián López Milla y de la diputada de Compromís Mireia Mollá. El Gobierno de Rajoy ha ofrecido al Consell una nueva línea del ICO para garantizar los pagos de deuda -un "apoyo financiero", suavizó Buch- al tiempo que, reconoció, la Generalitat, a diferencia del discurso que mantenía hace unos meses con Zapatero en La M0ncloa, ha optado por aparcar la reivindicación para cambiar el actual modelo de financiación autonómica.

"Afrontamos con mucha tranquilidad los vencimientos de deuda gracias al apoyo financiero del Gobierno central", apuntó el conseller Buch que rechazó de plano definir ese respaldo de Madrid como un "rescate", argumento que, por contra, no comparten ni los socialistas ni Compromís. Tampoco enmarcó en esa maniobra financiera la ayuda que el Consell ya recibió de Mariano Rajoy para hacer frente al impago de un préstamo de 128 millones que Deutsche Bank había concedido a la Generalitat, que se retrasó en el pago en diciembre como consecuencia de sus graves problemas de liquidez. "No ha habido ningún rescate a la Comunidad. El Gobierno se limitó a adelantar la cantidad que debía amortizar la Generalitat y el banco sólo tuvo que esperar unos días", desgranó el conseller de Economía sobre la relación con Deutsche Bank, entidad financiera de la que la Generalitat es cliente desde 1994 y a la que, actualmente, se adeudan un total de 322 millones de euros.

"Cuando existe tranquilidad sobre la capacidad de afrontar los vencimientos, muchos se renuevan automáticamente", aseveró el conseller de Economía que volvió a echar flores al respaldo del Gobierno de Rajoy. "Estamos en una situación mucho menos complicada que hace cinco meses. A partir de ahora, la situación tiene muy buen aspecto", dijo. En concreto, al menos hasta el próximo mes de junio, el Instituto de Crédito Oficial ha abierto una línea con 1.000 millones de euros para sacar a la Generalitat del atolladero en el caso de que se vea agobiada en sus abonos de deuda a lo largo del año 2012. A esto se suma, además, la decisión del Estado de emitir deuda conjunta para todas las autonomías, los llamados "hispanobonos", un mecanismo que permitirá colocar los paquetes de deuda a precios "más baratos".

No habrá, por todo ello, más emisiones propias, después del fracaso que supuso en diciembre una emisión de bonos patrióticos de 1.800 millones, cantidad de la que la Generalitat sólo fue capaz de colocar un total de 1.058. Por este motivo, Buch reiteró que descarta realizar nuevas emisiones con sello del Consell porque suponen pagar un mayor tipo de interés. Para Máximo Buch, sin embargo, la emisión de bonos supuso un "éxito". "Se cerró con una colocación muy meritoria y fue suscrita por verdaderos patriotas como el diputado Ricardo Costa", que se encontraba presente durante el debate. Ni los socialistas ni tampoco Compromís, los dos grupos que solicitaron la comparecencia de Buch, avalaron la explicación del conseller.

"El ICO nos paga los proveedores, ahora la deuda y encima el Estado nos controla el presupuesto. Puede, como usted dice, que esto no sea un rescate. Pero, desde luego, se le parece mucho", apuntó el socialista Julián López Milla. "No podemos tolerar que la próxima crisis nos pille pagando la deuda de esta", espetó el parlamentario al conseller, que, durante la réplica, garantizó que el respaldo del Estado llega en "condiciones razonables". "Los plazos se alargan, cada vez aparecerán más vencimientos y no se puede demorar hasta el infinito el pago de esas deudas", resumió Julián López.

Con Mireia Mollá, portavoz de Economía de Compromís, Máximo Buch se enfrentó a cuenta de la evidencia de que, en estos momentos y con Rajoy en La Moncloa, ya no conviene reclamar un cambio en el modelo de financiación. "Antes no les temblaba la mano pero ahora les tiembla todo el cuerpo", dijo Mollá. Buch asumió que el problema de financiación no se resolverá "mañana". "Algún día tocará", lanzó antes de enfrentarse de nuevo a la diputada de Compromís que reprochó al Consell que antes no pensara en consecuencias que ahora sí valora.