La gravedad de la crisis y los problemas financieros de la administración a todos sus niveles han vuelto a poner sobre la mesa la alternativa de la eliminación y fusión de municipios con el objetivo de adelgazar el coste de la administración local. Y de seguirse las recomendaciones que llegan desde Europa, el número de ayuntamientos valencianos susceptibles de verse en esas circunstancias podría alcanzar el 82 %, es decir, 443 de los 542 municipios.

Aunque se trata de un debate recurrente en tiempos de crisis -en Valencia el exconseller Blasco lo sugirió sin éxito hace un par de años- Galicia abrió el melón hace unos días con la fusión de dos municipios coruñeses. Tras esa estela, el Gobierno ha comenzado a preparar el terreno para abordar un asunto muy impopular entre la ciudadanía y los dirigentes locales.

Sin ir más lejos, el propio secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, ha afirmado que "más de la mitad de los ayuntamientos no tienen viabilidad económica". "Su número de vecinos es tan pequeño que que es complicado ser un centro eficiente de prestación de servicios", señaló en una reciente entrevista.

Y el lugar donde el Gobierno podría comenzar a concretar este asunto es Valencia, en el marco de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Será en una cumbre a celebrar el 18 de abril y ejercerá de anfitrión el presidente de la diputación, Alfonso Rus, que también es el máximo responsable de la Comisión de Diputaciones, Cabildos y Consejos Insulares de la FEMP.

El Gobierno quiere canalizar esta iniciativa a través de la FEMP y las diputaciones y, según parece, el umbral de fusión que se plantea es el de municipios de menos de 1.000 habitantes. Esto afectaría al 39, 7 % de los municipios valencianos, es decir, 215 de los 542, que tendrían que fusionarse entre sí o ser absorbidos por vecinos de mayor tamaño. Se trata de una gran cantidad de localidades, pero que supone apenas el 1,8 % de la población y un 28 % de todo el territorio. Por provincias, afectaría a 81 de los 266 de Valencia; 49 de los 141 alicantinos, y 85 de los 135 de Castelló, la provincia con mayor índice de municipios pequeños.

En cualquier caso, más allá de la motivación económica que subyace a la intención del Gobierno, existen otros criterios para abordar esta reestructuración del mapa local, como la citada recomendación europea. Un estudio del Consejo de Europa recomienda la supresión de los municipios de menos de 10.400 habitantes. En este caso, se aplican criterios de eficiencia y en un contexto, el centroeuropeo, de considerable densidad de población. En todo caso, de aplicar ese baremo a la realidad valenciana el mapa local se simplificaría hasta quedarse en una quinta parte de lo que hoy es. 443 de los 542 municipios tiene menos de esos 10.400 habitantes.

Es el 82 % de entidades y ocupan el 70 % del territorio, pero sólo acoge al 18 % de la población autonómica. Además, la mayoría de esas localidades, 383, tienen menos de 5.000 habitantes.

En las tres provincias el rechazo es unánime. Recientemente, INFORMACIÓN publicó la opinión de diversos alcaldes de la provincia de Alicante y todos se oponían a perder su independencia. Optan por la colaboración y unión de algunos servicios. Pero no por la fusión.