Las elecciones generales del 20 de noviembre marcaron la cuenta atrás para los fiscales jefes de Valencia, Alicante y Castellón. El primero que puede perder su puesto es Javier Carceller, fiscal jefe de Castelló, que tiene que renovar este verano. Después le toca el turno a la responsable de la Fiscalía de Valencia, Teresa Gisbert, que tiene por delante poco más de once meses y medio para disfrutar del cargo. Sin embargo, el primero en irse puede ser el fiscal jefe de Alicante, Juan Carlos López Coig, ya que quiere presentarse a una plaza en el Supremo que sale en 20 días y tiene suficientes méritos para conseguirla. Por encima de Gisbert, Carceller y López Coig está Ricard Cabedo, fiscal superior de la Comunitat Valenciana. Cabedo, que ha sufrido el acoso del PP, se jubila en un año y medio.

Los miembros conservadores del ministerio público han denunciado en los últimos años que el anterior responsable de la Fiscalía General del Estado, Cándido Conde-Pumpido, realizó una auténtica "purga ideológica" al colocar al frente de Valencia, Alicante y Castelló a tres representantes de la Unión Progresista de Fiscales (UPF). El relevo, según los conservadores, se inició con el nombramiento de Ricard Cabedo como fiscal jefe del TSJ en 2005 -un año después de la primera victoria de José Luis Rodríguez Zapatero en las urnas- y culminó en 2009 con la elección de López Coig en Alicante. El cambio suponía "la expulsión" de todos los fiscales jefes de la Comunidad Valenciana adscritos a la mayoritaria y conservadora Asociación de Fiscales (AF) y su sustitución por miembros de la minoritaria Unión Progresista de Fiscales.

Ahora la situación ha dado un vuelco. Al margen de lo que ocurra finalmente en Alicante, el primer fiscal jefe que cumple su mandato es Javier Carceller. Fuentes próximas a los dos sectores coincidieron en que Carceller "no tiene ninguna opción de repetir". Hace un mes ya trascendió que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, no apoyará la renovación de Carceller, que cumple su mandato en julio. El fiscal que tiene más opciones de ocupar el puesto en Castelló es el independiente José Luis Cuesta. Fuentes de la Fiscalía aseguraron que, además de su valía, Cuesta tiene muy buena relación con Alberto Fabra, presidente de la Generalitat.

Otra plaza que no está dispuesta a perder la Asociación de Fiscales es la Fiscalía de Valencia. Fuentes del sector progresista admitieron que Teresa Gisbert -que ha sabido granjearse enemistades- tiene escasas opciones de repetir y los conservadores dan por seguro el cambio. Antonio Montaves es el nombre que suena con más fuerza para la Fiscalía de Valencia. Montaves tiene nueve años más que Gisbert y la supera en más de cien puestos en el escalafón de la carrera fiscal (en una clasificación reciente Montaves aparecía en el 38 y Gisbert en el 176). Los progresistas también reconocen que el próximo fiscal superior será con toda probabilidad un conservador y sitúan en el puesto a Pedro Poyatos.