El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, mantuvo ayer una comida en Valencia, a la que corresponde la imagen, con el líder del PP en Castellón, Carlos Fabra, imputado y pendiente de sentarse en el banquillo en una investigación por supuesta corrupción. El nuevo código ético popular pone a Carlos Fabra en una situación crítica que, incluso, podría acarrearle su suspención de militancia.