La desprogramación de los 18 destinos que operaba Ryanair en El Altet, y que no recuperará esta temporada alta por el conflicto que mantiene la aerolínea con Aena por negarse a utilizar las pasarelas telescópicas para acceder a los aviones costará este año a El Altet alrededor de 1,5 millones de pasajeros, 300 vuelos a la semana.

Cifras que se completarán con una pérdidas de 30 millones de euros (tasas e ingresos comerciales), con la destrucción de 1.500 empleos directos e indirectos y con unas consecuencias que, hoy por hoy, no se pueden calcular para el sector turístico de la Costa Blanca. Lo cierto es que el presidente de Ryanair ha cumplido su amenaza y lo que en en su día (septiembre de 2011) se vendió casi como una anécdota se ha convertido en un grave problema para la provincia. El sábado comienza la ronda de cancelaciones cuando a las 14 horas despegue el último vuelo de la compañía hacia Madrid

Aena sostiene que ha dado todas las facilidades del mundo y que incluso este invierno Ryanair ha podido embarcar y desembarcar a sus pasajeros a pie pero no puede prometer más. En verano el tráfico aumenta y el diseño de la terminal impide que todos los aviones de Ryanair puedan estacionar junto al edificio, única posibilidad de que los pasajeros accedan a pie a los aviones. ¿El motivo? La seguridad de los propios viajeros. Un problema con el que se encontró Aena a los cinco meses de inaugurar su nueva terminal y que obligó a cambiar parte de las condiciones que había pactado con Ryanair para que la aerolínea irlandesa (40% del tráfico) comenzara sus operaciones en Alicante en 2007. Ryanair sostiene que las razones de Aena son falsas y esgrime que para mantener su operativa (25 minutos en tierra) necesita operar a pie. A esto añade que el uso de las pasarelas, aunque no las utilice, le encarece 4 millones de euros su presencia en Alicante.

Durante los meses que dura el conflicto, Aena ha intentado flexibilizar su postura para frenar la "sangría" de vuelos ofreciendo a la compañía irlandesa operar a pie la mitad de sus vuelos. Una oferta que Ryanair rechazó de plano, señalando que la marcha atrás es impensable a menos que todos los vuelos estén autorizados a embarcar y desembarcar a pie. La compañía se escuda en que así operan en la mayoría de aeropuertos españoles y en 160 europeos. Aena también ofreció la posibilidad de embarcar en autobús a los pasajeros de los vuelos de Ryanair, medida rechazada también por la aerolínea.

El presidente de la compañía, Michael O´Leary ha hecho de este conflicto casi una cuestión personal. No le ha temblado el pulso a la hora de machacar su base en Alicante -de los 11 aviones pernoctando el verano pasado en El Altet se pasará a 5 el que viene- y todo "porque Aena intenta recaudar dos millones de euros de Ryanair por el uso innecesario de las pasarelas telescópicas".

El conflicto entre Aena y Ryanair también se está dirimiendo en los tribunales. En breve, la Audiencia de Elche debe emitir un fallo final sobre si permite que Ryanair embarque a su pasaje a pie. El pasado mes de agosto, el juzgado de lo Mercantil número 3 de Alicante, con sede en Elche, ya falló en contra de las pretensiones de la compañía. Según el magistrado, sin perjuicio de los que se pueda dilucidar a lo largo del pleito que mantienen Ryanair y Aena, la nueva configuración de la terminal del aeropuerto de Alicante "dispone de unas características diferentes a las de su predecesora que impide seguir con idéntico régimen de embarque y desembarque de las aeronaves a pie, estando condicionado al cumplimiento de normas de seguridad" Mientras, Palma de Mallorca, la gran competidora con la Costa Blanca en captar turismo de sol y playa, ha sido la gran beneficiada del abandono parcial de El Altet por parte de la compañía irlandesa. Y es que Ryanair abrirá una base en el aeropuerto de Son Sant Joan, donde la compañía sí utilizará las pasarelas telescópicas.