­Todo un desafío. Así califica el arquitecto Eduardo de Miguel la construcción de dos grandes miradores en la zona de La Cantera, en el futuro paseo litoral que unirá la Finca Adoc con el Tiro Pichón, en el espacio liberado por las vías del ferrocarril.

Los miradores ya ha comenzado a tomar forma y permiten adivinar cómo quedará este espacio natural que se ha recuperado para la ciudad de Alicante. «Está siendo un proyecto difícil, por lo complejo de la zona, pero al mismo tiempo era un espacio que ofrecía mucho potencial», explica Eduardo de Miguel.

El arquitecto asegura que se ha inspirado en los acantilados de esta zona de la costa para dar forma a las plataformas. «Éste es prácticamente el único tramo del litoral que tiene acantilados, así que he jugado con unos volúmenes y formas geométricas» para integrarlos en un paisaje que además está dominado por la montaña y los antigos depósitos de la refinería que había en la Sangueta. «Ha sido un trabajo casi artesanal para poder encajar cada milímetro de los miradores», explica Eduardo de Miguel, quien sostiene que «el control de la escala de la zona ha sido muy complicado».

También la elección del material y de los colores se ha hecho tratando de respetar al máximo la armonía de la zona. «Los miradores están hechos a base de hormigón ciclópeo, sin elementos de hierro y con rocas anchas para que se fundan en el entorno». Parte del material utilizado para esta obra, añade De Miguel, «procede de la piedra que se ha extraído del túnel que se está perforando en la Serra Grossa para que circule el tranvía, de esta manera hemos tratado de aprovechar al máximo los materiales sobrantes». El mirador más próximo a la Sangueta servirá además de rampa de acceso a una pasarela que cruzará la carretera de La Cantera y terminará en la Serra Grossa, a los pies de uno de los antiguos depósitos. De esta forma, señala el arquitecto responsable del proyecto, «los vecinos de la zona del Pla y de la Goteta podrán llegar con más facilidad a esta zona del litoral», ya que un camino atravesará la montaña a lo ancho, desde la zona de la avenida de Dénia y los llevará hasta la pasarela.

Al resguardo de la carretera

El mirador más próximo a la Albufereta es el de menor tamaño. A los pies del mismo, y aprovechando una de sus paredes, se ha creado un espacio resguardado en el que la acústica «permite que el mar se oiga desde todas las direcciones y que desaparezcan los ruidos de la avenida». Entre ambos miradores quedará un espacio abierto, «que podría servir en un futuro, y a modo de plaza para la celebración de actividades». Además, durante todo el recorrido del paseo litoral habrá zonas de sombra, carril bici y accesos a la zona de baño. Junto a los miradores se están haciendo estos días diferentes pruebas para diseñar el suelo del paseo. Para ello se están utilizado las piedras de balastro sobre las que descansaban las antiguas vías del ferrocarril «siempre intentando que el proyecto se integre en su entorno» y sea lo más natural posible. La construcción de estas dos plataformas avanza a buen ritmo. En estos momentos, «queda rematar la superficie, colocar los elementos de seguridad como las barandillas y rellenar algunas partes con rocas, lo que restará dureza a la imagen actual de los miradores».

Las Conselleria de Infraestructuras es la responsable de este proyecto que se ha dividido en cuatro intervenciones: la construcción del ramal de La Marina del tranvía, la del túnel que atraviesa la Serra Grossa, la fase I de la construcción del paseo litoral que une la Finca Adoc con el Tiro de Pichón y por último las obras de urbanización de la avenida de Villajoyosa. Desde la Conselleria de Infraestructuras confían en que hacia final de año pueda estar terminada a obra del paseo litoral, coincidiendo también con el fin de los trabajos en el túnel de la Serra Grossa.