"Esta es una forma de demostrar que luchamos por recuperarnos de nuestra enfermedad y por subsanar los errores cometidos". Antonio Leal, junto a 16 internos más del Psiquiátrico Penitenciario de Fontcalent, cantaron ayer frente a cientos de personas en la misa en honor a San José, celebrada en la plaza de la Bola de Oro, en el barrio de Carolinas. Toda una lección de cómo se pueden romper los estigmas hacia la enfermedad mental.

Dirigidos por Javier Santos, educador en el centro penitenciario, el coro interpretó varias piezas ante los aplausos, y en algunos casos, la emoción de los vecinos congregados en la plaza. "Esta actividad es una auténtica terapia para ellos, sobre todo porque después de las actuaciones nos quedamos a comer en una especie de convivencia". Santos asegura que las mayores dificultades de organizar estas salidas provienen, no tanto de la parte administrativa y la gestión de los permisos, como de la falta de medios económicos. "En lugar de ponernos un autobús hemos tenido que venir en coches particulares, con las dificultades que conlleva el mover a 17 personas".

Sin embargo, todos tienen muy claro que el esfuerzo merece la pena. "Esta es una forma de acercarnos a la gente y que nos conozca", explica Rafael Torró, otro de los integrantes de la coral. A este interno le quedan 20 meses para salir en libertad y espera poder integrarse en algún coro de su ciudad, Onteniente. "Con esta actividad adquirimos más capacidad de entender y de superarnos día a día", señala.

Los familiares de los internos también están entusiasmados con esta actividad terapéutica. "Siempre que puedo asisto a las actuaciones, aunque vivo en Valencia. Todos son como una gran familia en la que, aunque son unas circunstancias muy particulares, se tratan con mucho cariño", explica Josefa, madre de uno de los internos del psiquiátrico penitenciario.

La agrupación está formada por una veintena de internos y lleva por nombre "De par en par". La de ayer no fue la primera actuación de carácter público de esta agrupación, que ya ha llevado su voz por diferentes iglesias y parroquias de la provincia. También el año pasado hicieron parte del Camino de Santiago, "cantando en diferentes iglesias y en la catedral de Santiago, una experiencia inolvidable que además ha servido para demostrar que los internos van haciendo progresos en su recuperación".

El coro es una iniciativa de la capellanía y de los educadores del Psiquiátrico Penitenciario, quienes vieron en esta actividad una medida terapéutica para los enfermos mentales internados en este centro. "Cantar les refuerza la autoestima y les motiva a participar en otro tipo de actividades", señala Chenchu Ferrández, capellán del centro.