Cuando el abogado Manuel Mata Gómez (Valencia, 1959) decidió enfrentarse, unos meses antes de las últimas elecciones munipales, al lermismo y a Blanqueries por la candidatura socialista a la Alcaldía de Valencia, entre los dirigentes del PP se extendió un cierto recelo. No había temor a una derrota pero sí a un mensaje con enganche mediático y que da juego. "No había partido contra Rita Barberá pero con Mata, por lo menos, había campaña", apuntó un alto cargo del PP en referencia al que, quizá con Andrés Perelló y Ángel Luna, sea uno de los mejores oradores del PSPV. El "aparato" le apartó de esa carrera. Manuel Mata sería "peligroso" en el caso de que fuera capaz de recoger los avales suficientes para poder lanzar una intervención en el plenario de delegados del congreso del PSPV. Su problema es que, quizá, no tenga apoyo suficiente para llegar al final. Es el candidato con menos respaldo.

Dirigente de Izquierda Socialista y compañero de despacho de Joan Ignasi Pla -fue portavoz durante un tiempo de su ejecutiva-, Mata no es, como otros dirigentes del PSPV, un "esclavo" del cargo público. Todo lo contrario. Ocupó puestos de asesor entre 1986 y 1989. Fue dos años concejal en el Ayuntamiento de Valencia hasta 1991. Y, durante la anterior legislatura, fue diputado en las Cortes durante poco más de un año. Nada más. Es un abogado mediático. Fue acusación, por ejemplo, en el caso de la Hepatitis C. Ahora opta a la secretaría del PSPV con un discurso seductor y muy aperturista en cuestiones como la participación de la militancia en las grandes decisiones.