El marido de María, ya fallecido, sufrió una larga enfermedad que lo mantuvo postrado en la cama. La familia, que vive en Colonia Requena, difícilmente hubiera podido adquirir una cama hospitalaria, pero sí dispuso de una de las tres con que cuenta la parroquia que da servicio a la Zona Norte para casos como el suyo. "Aquí vive mucha gente mayor y estas cosas son muy importantes", ha indicado el párroco Roque Cañizares para añadir que "conseguimos una ayuda de la obra social de la Caixa y decidimos comprar tres camas de hospital para poder prestarlas a los vecinos cuando las necesitaran. Tener aquí estas camas, o una grúa para poder levantar a los impedidos, es muy importante para muchas familias que tienen a alguna persona enferma o anciana". La parroquia además ha conseguido hacerse con varias muletas, andadores y sillas de ruedas que prestan igualmente a los vecinos mientras las necesitan. El sistema es sencillo, cuando un vecino necesita una de las camas hospitalarias, una silla de ruedas o un andador, lo solicita a la parroquia y, si hay libres, se le presta hasta su recuperación de forma que las camas van de casa en casa en función de las necesidades. De momento, una de las camas sigue en la casa de María hasta que haga falta, lo que posiblemente no tardará en ocurrir porque Antonio, otro vecinos de esta zona, está pendiente de que le practiquen una operación de cadera y cuando lo operen se la llevarán a casa para hacerle algo más fácil la convalecencia, tal como ha señalado el párroco.

Los ancianos del barrio se benefician igualmente de los cursos de formación de empleadas de hogar que realiza la parroquia desde hace cinco años ya que, tal como recogió recientemente este diario, las alumnas que están aprendiendo a cocinar y a limpiar, realizan sus prácticas en las viviendas de las personas enfermas o mayores del barrio que no pueden atender su casa personalmente y que no disponen de medios para pagar a quien lo haga.

Desde la parroquia de Colonia Requena se realizan tres tipos de programas dirigidos a los colectivos que consideran más necesitados de apoyos como son los niños y jóvenes, los inmigrantes y las personas mayores. El préstamo de material de atención domiciliaria se enmarca en este tercer colectivo al que, a juicio de Roque Cañizares, hay que prestarle una especial atención para evitar situaciones de abandono o soledad. Así, en el barrio hay grupos de mujeres que, partiendo de la organización de unos cursos de alfabetización, han establecido una especie de punto de encuentro. En la zona hay además personas voluntarias que atienen a ancianos o enfermos en sus casas si lo necesitan. "En estos barrios humildes hace falta mucha ayuda, pero hay gente que se vuelca con los demás y se suavizan así situaciones de desamparo que serían bastante más trágicas si no hubiera una colaboración vecinal o la ayuda tanto de particulares como de entidades como Cáritas, cajas de ahorros o el propio Ayuntamiento", tal como ha señalado Cañizares.