A medida que avanza la investigación judicial de la trama de ONG ligada a la gestión de la Generalitat con una quincena de imputados y un agujero que podría llegar a los siete milloens, la situación política de Rafael Blasco, síndic del PP en las Cortes y responsable de la conselleria de Cooperación cuando se produjeron los hechos, se agrava por momentos. La cúpula del grupo parlamentario popular, durante su reunión de ayer, plantó cara a Blasco, hasta ahora indiscutible como portavoz; le afeó la conducta por sus críticas a Alberto Fabra; y evidenció que, en estos momentos, el veterano dirigente del PP está en minoría, sin casi apoyos reales y a expensas, como avanzó este periódico, de que las decisiones judiciales le arrastren. El titular del Consell tiene tomada la decisión de dejarle caer a la mínima resolución del juez que ponga a Blasco en el mapa de la trama.

Casi todos los diputados que forman parten del consejo de dirección del grupo parlamentario del PP atacaron a Blasco. Durante la pasada legislatura, el síndic popular era el superior directo en Cooperación de Josep Maria Felip y Álex Catalá, los dos altos cargos imputados en la trama y relevados "ipso facto" por Fabra entre el disgusto de su antiguo jefe. El portavoz del PP en las Cortes Valencianas lanzó el martes un desafío en toda regla contra Fabra como protesta por la decisión y le recordó que, si hubiera tenido que dimitir cuando fue imputado durante su etapa como alcalde de Castellón, en estos momentos, no ocuparía la máxima representación de la Generalitat.

El hordago de Blasco sentó a cuerno quemado en Presidencia y entre los notables del PP. "Con Zaplana o con Camps no se hubiera atrevido", reflexionó un alto dirigente popular. Tras el desafío de Blasco a Fabra, a la primera ocasión, la cúpula del PP en las Cortes optó ayer por plantar cara a su síndic y lo dejó, literalmente, en minoría. Cerraron filas con Alberto Fabra y le recprocharon la inoportunidad de sus declaraciones. "Desde luego, no fue el mejor día", le espetó un diputado a Blasco durante una reunión que los cargos populares se conjuraron para intentar evitar que se filtrara. En una actuación preparada previamente, arrancó el turno de intervenciones nada menos que Antonio Clemente, secretario general del PP de la Comunidad, y aspirante a seguir en el puesto tras el congreso regional de Alicante. También tuvieron intervenciones duras, entre otros, parlamentarios como Vicente Rambla, Alejandro Font de Mora o David Serra, confirmaron fuentes populares. De forma cristalina, Blasco entendió que está a merced de la decisión de Fabra.

Ante sus compañeros de grupo parlamentario, el síndic del PP en las Cortes puso paños calientes, rebajó el tono y matizó sus declaraciones. Blasco aseguró estar al lado del presidente de la Generalitat y apuntó que su intención no era críticar a Alberto Fabra sino poner en valor que, con medidas drásticas cuando se produce una imputación, el actual jefe del Consell nunca hubiera llegado al Palau. Desde la dirección del PP entienden que deben cortar de raíz una situación que incluye detenciones y registros. "No nos va a temblar el pulso", apuntó un mandatario popular consultado.

Precisamente, ayer mismo, durante una visita a Alicante, el vicepresidente del Consell, José Císcar, marcó el camino a seguir y desvinculó por completo la imputación de Fabra rescatada por Blasco de la gravedad de la trama de ONG. "No es comparable", apuntó Císcar para rematar: "Lo tenemos claro: tolerancia cero con cualquier tipo corrupción". "Blasco -explicó el conseller- se refería a una cuestión que fue una querella política y como esa querella no tenía absolutamente ningún fundamento, se archivó rápidamente por el juzgado correspondiente", aclaró. Al respecto, Císcar remarcó que el Gobierno de Fabra "lo tiene muy claro y no quiere que en su gobierno exista la más mínima sombra de duda o de sospecha. Estamos -concluyó- ante un caso que genera alarma".

"Blasco no tuvo ninguna maldad. Es serio y respetable"

El presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, hizo ayer autocrítica y reconoció que el hecho de estar "todos los días con historias ante la opinión pública" es algo que no les "beneficia", y añadió que de no cambiar, la gente "no va a confiar en ningún político". El diputado popular manifestó a su vez que la clase política tiene la "obligación" de tratar "como si fuera propio" y "no malgastar" el dinero de los ciudadanos, y aprovechó la situación para recalcar que ahora más que nunca es necesario "apretarse el cinturón, gastar lo que se tiene y pagar a la gente, que es lo que quiere". El popular también comentó las declaraciones del portavoz del PP en las Cortes, Rafael Blasco, en las recordó que "si Fabra hubiera dimitido por estar imputado, hoy no sería presidente". Para el diputado, Blasco no tuvo "ninguna maldad" en las declaraciones, y aseguró que el exconseller de Solidaridad "es un hombre serio y respetable". europa press