Francisco Camps optó ayer por mantener la incertidumbre y evitó, a preguntas de los periodistas, aclarar si aspira o no a volver a presidir el partido. Preguntado sobre sus planes de futuro, el presidente señaló: "De momento, sentarme en el escaño". La calculada ambigüedad con la que Camps está afrontando las cuestiones relativas a su futuro han alimentado las voces en el partido que piden su vuelta. Sectores muy concretos de Alicante le están alentando para que dé un paso al frente y trate de disputar a Alberto Fabra la presidencia del PPCV en el próximo congreso regional. Camps no sólo se está dejando querer sino que incluso, a día de hoy, lo estaría meditando.

Ayer en su regreso a las Cortes, donde coincidió en los pasillos con multitud de periodistas, persistió en su silencio. Eso sí dijo sentirse "muy contento y feliz" de volver al Parlamento donde, recordó, ocupa un escaño desde hace más de ocho años. También se defendió de las críticas de la oposición por no haber asistido a las Cortes durante más de seis meses. "Habría que recordar donde he estado estos meses, defendiendo mi inocencia", indicó."Lo importante es que ya estoy aquí, para trabajar disciplinariamente a las órdenes de mi grupo parlamentario", sentenció.

Aunque la vuelta de Camps a las Corts era casi obligada ayer se evidenció si cabe más que Fabra tiene un problema por resolver. Aunque todo el mundo en el PPCV coincide en que es Génova quien tiene que dar la solución -ofrecerle una responsabilidad fuera de la Comunitat- no parece que Madrid tenga prisa, lo que no hace sino dar alas a sus afines. Eso sí, no todos los campistas animan al expresidente a dar un paso que desde la cúpula regional del Partido Popular se considera un suicido político.