La Audiencia Provincial ha condenado a cuatro años y nueve meses de prisión por un delito continuado de estafa al asesor financiero Francisco Villanueva Garijo, según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. El empresario había sido llevado a los tribunales por 27 familias que habían visto volatilizados sus ahorros tras habérselos entregado con la promesa de obtener un interés muy superior al que se estaba pagando en el mercado, convencidos de la solvencia de la empresa.

La Audiencia ha considerado probado que el acusado practicó una estafa piramidal en la que la empresa no tenía ninguna actividad para rentabilizar el capital captado y el dinero que recibían los clientes procedía de lo que pagaban los nuevos inversores. El total de dinero que se ha perdido ascendió a un total de 1.272.500 euros y con los que el acusado deberá indemnizar a sus denunciantes.

Se trata de la primera gran condena contra Villanueva Garijo, ya que hasta ahora los juzgados habían tramitado varias denuncias por separado de otros afectados. Algunas habían quedado en condena, otras en absolución. En estos momentos, el juzgado de Instrucción número tres de Alicante investiga también otra querella en la que hay otra treintena de perjudicados. Esta condena supone el ingreso en prisión para el acusado.

La actividad principal de la mercantil era la intermediación financiera, obteniendo capital de inversores privados que destinaba a refinanciar deudas de clientes de la sociedad que por su difícil situación económica no podían acceder al crédito ordinario de los bancos. El dinero de estos créditos procedía de lo que aportaban los inversores privados, que normalmente se vinculaban a letras de cambio con garantías de ejecución hipotecaria.

Los afectados, que estaban representados por el abogado Braulio Gilabert, de esta denuncia fueron captados tras una campaña realizada a partir de diciembre de 2005. El fallo considera probado que el acusado obtuvo el dinero a sabiendas de que no iba a poder las cantidades que percibía, "ya que las empleaba, de forma desordenada y carente de las más mínima racionalidad económica y empresarial, en el pago de intereses de contratos anteriores y en su propio beneficio y sin que en aquellas fechas existiera actividad real y productiva que pudiera generar retornos para saldar dichas inversiones". Los magistrados subrayan en la sentencia que en aquella época no constaba que el acusado llevara una contabilidad ordenada y un mínimo control profesional de las operaciones que efectuó, sin aportar ni un solo documento. En aquella época, Villanueva Garijo aparecía como patrocinador del Etosa y como experto financiero en varios medios de comunicación para aparentar una solvencia mayor de la que tenía, dice el fallo.

La Audiencia ha descartado los argumentos del acusado en los que culpaba a la crisis económica de lo sucedido, ya que consideran que desde el principio hubo una voluntad de engaño. Los magistrados inciden en que el año 2008 se formalizaron hasta siete operaciones de préstamo por 198.000 euros pese a que ya no se estaba pagando ni un interés.