La portavoz del equipo de gobierno local del Ayuntamiento de Alicante y concejala de Urbanismo, Marta García-Romeu, salió ayer al paso de la polémica sobre la paralización de la rehabilitación de la sede de Casa Mediterráneo asegurando que al edificio "se le va a dar uso" y que "se va a poner en valor para la ciudad de Alicante". Actualmente, según la edil, la reforma del inmueble se encuentra en una situación de "impás". Así lo trasladó, según afirmó la concejala, a los hoteleros que durante la mañana de ayer le trasladaron su preocupación por el futuro del proyecto.

No obstante, García-Romeu no se pronunció acerca del plan B propuesto por la dirección de Casa Mediterráneo para poder acabar la obra, que se encuentra en dique seco por la falta de financiación para acometer la última fase de la rehabilitación de la vieja estación de Benalúa. Para acabar el proyecto tal y como estaba concebido, las entidades implicadas deberían aportar 3,9 millones de euros. Sin embargo, el Gobierno central que debe aportar la mayor parte del presupuesto no cuenta con ese dinero. Ante esta situación, la actual dirección de Casa Mediterráneo propuso un plan B que conllevaría acabar las obras con un presupuesto más modesto, de 500.000 euros. De esta forma, el inmueble no se dejaría a medias y podría ponerse en uso.

El Gobierno ha admitido que recortará su aportación a Casa Mediterráneo y ha dejado la puerta abierta a la iniciativa privada, pero hasta el momento no se ha pronunciado sobre la alternativa más modesta.