Hace poco más de tres semanas, mientras los socialistas se despedazaban, una vez más, en los "congresillos" de las tres provincias de la Comunidad, convocados para elegir los delegados al cónclave federal que se celebraría unos días más tarde en Sevilla, una riada humana protestaba en la calle por los recortes en la Educación. Era el símbolo de una desconexión con los ciudadanos que, elegido ya Alfredo Pérez Rubalcaba, se vuelve a reproducir en plena batalla por el control del PSPV. O de sus restos... Con el mayor retroceso de derechos laborales de los últimos treinta años encima de la mesa, los socialistas valencianos continúan en su particular batalla interna sin inmutarse.

Numerosos dirigentes del PSPV coinciden que el partido puede estar perdiendo una oportunidad de oro de reivindicarse y conformar una alternativa creíble en la Comunidad Valenciana, donde el PP, con el gobierno en sus manos desde 1995, empieza a transmitir síntomas de cierta debilidad como consecuencia de la crisis, la corrupción, los recortes en servicios públicos y el caos de la Generalitat. "Tendríamos que estar ofreciendo algún tipo de respuesta a ese electorado y, sin embargo, estamos enfrascados en nuestro debate interno", coincidieron varios dirigentes consultados.

Nada cambia en las filas socialistas. Continúan los movimientos. De momento, como adelantó este periódico, el alcalde de Morella, Ximo Puig, confirmó este fin de semana a sus afines durante una cena en Valencia su intención de presentarse a la secretaría general del PSPV. Lo anunciará antes de que acabe la semana toda vez que el próximo lunes arranca el proceso interno de elección de los delegados que participarán en el cónclave que se celebrará en la Universidad de Alicante. Puig tiene ya cerrado, como ocurrió para el congreso de Sevilla, el respaldo del sector de Leire Pajín que, a cambio y como detalló este periódico hace una semana, pide a cambio la secretaría provincial de Alicante. Ya trabajan en la batalla para sumar delegados. Mientras, afines a Alarte, en minoría, están organizando una plantaforma, conformada por cargos públicos y alcaldes, para intentar sumar el voto de delegados indecisos. A lo suyo.