La falta de acuerdo entre el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Generalitat y los ayuntamientos de Alicante, Benidorm y Xábia causará que desde el día 15 se detengan las obras de rehabilitación de la antigua estación ferroviaria del barrio de Benalúa, en Alicante, como sede de Casa Mediterráneo.

Este edificio histórico, de 2.000 metros cuadrados e inaugurado hace 125 años, es objeto de recuperación desde hace 18 meses y desde entonces se han invertido más de 3 millones de euros que han servido para reafirmar, sanear y recuperar las paredes y los tejados de esta vieja terminal situada en la zona sur de la ciudad de Alicante.

Una vez que el próximo día 15 expire la segunda fase constructiva, faltará únicamente una tercera inicialmente presupuestada en algo menos de 3 millones de euros a cargo de los fondos del 1 por ciento cultural, que facilita el Ministerio de Fomento.

En el contexto de las restricciones presupuestarias y ante la probabilidad de que Fomento retrase o aplace esos tres millones de euros restantes, la directora de Casa Mediterráneo, Yolanda Parrado, ha preparado un "plan b" para terminar la adecuación del edificio de forma más modesta, con una inversión de 500.000 euros (seis veces menos de lo previsto).

De esta forma, en un plazo de entre tres y cuatro meses, en todo caso antes del verano, se habilitaría esta antigua estación de tren como un centro expositivo para que fuera compartido tanto por Casa Mediterráneo como por el ayuntamiento alicantino.

Este proyecto más modesto implicaría renunciar al salón de actos con 250 butacas, a un escenario y a la zona de oficinas, además de otros elementos arquitectónicos más decorativos que prácticos.

Parrado ha explicado a varios periodistas que hoy han visitado el edificio que, aparte del dinero que debería dar Fomento, Casa Mediterráneo dispone en tesorería de un remanente de 3 millones de euros recabados gracias a la austera gestión de su actividad en este primer periodo de su andadura.

Por ello, ha solicitado una reunión urgente del Consejo Rector de Casa Mediterráneo, presidida por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, y formada por la Generalitat Valenciana y los ayuntamientos de Alicante (sede) y Benidorm y Xábia (subsedes), para que den el visto bueno a dedicar esos 500.000 euros para los cerramientos mínimos indispensables para convertir el edificio en un centro expositivo.

Desde noviembre está a la espera de la citada reunión y, preguntada por la respuesta de la alcaldesa de Alicante, la popular Sonia Castedo, Parrado ha declarado que sigue "aguardando que se postule" sobre el futuro del edificio, pese a que "debería ser la más interesada".

"Tenemos el dinero y, por eso, este retraso no lo entiendo. Quiero dar una solución, creo que la óptima para todos", ha deseado.

Parrado ha asegurado que ha intentado la convocatoria urgente del Consejo Rector en repetidas ocasiones aunque sin éxito, por lo cual y debido a la inminencia del 15 de febrero, se ha visto obligada a ordenar el vallado de las obras para proteger los trabajos ya acometidos, en tanto que haya una decisión de las administraciones.

En caso de que se acepte su "plan b", las obras se retomarían de inmediato y estarían listas antes del verano para que Alicante contara con una nueva infraestructura cultural que revitalice la zona sur.

Para Parrado, la situación creada es "preocupante para la ciudad y la provincia", aunque no cree que peligre la sede en Alicante de Casa Mediterráneo ya que el ente puede seguir funcionando con la colaboración de otras instituciones, como la Universidad o la Cámara de Comercio, como lo ha hecho hasta ahora.

En el peor de los escenarios (si el Consejo Rector no transfiere los 500.000 euros y los fondos del 1 por ciento cultural no financian el resto de la obra), el edificio pasaría a los cinco años a titularidad de Fomento, sin poder ser usado por el consistorio, y Casa Mediterráneo seguiría funcionando en ubicaciones "prestadas".

Preguntada por la aportación al consorcio de las instituciones, ha indicado que en los presupuestos de 2012 la aportación del Ministerio de Asuntos Exteriores se ha reducido el 55 por ciento y la de la Generalitat el 95.

Como anécdota y noticia positiva en este contexto, la directora ha explicado que recientemente un ciudadano anónimo les comunicó que conserva el reloj restaurado que había lucido en la fachada durante décadas, y que una vez terminada la rehabilitación lo devolverá para colocarlo en el mismo lugar.