Antonio Hernández Arroyo, de 59 años, quería prejubilarse para poder estar más tiempo con su familia tras veinte años trabajando como vigilante de seguridad en una empresa de fabricación de zumos de Albal (Valencia). En todo ese tiempo nunca tuvo un problema y tanto clientes como trabajadores le tenían en suma consideración. Sin embargo, ayer por la mañana una aparente discusión banal con uno de los camioneros acabó en tragedia cuando éste arrolló mortalmente al guarda con el pesado vehículo, dándose posteriormente a la fuga.

"¡Por favor para, para, que lo vas a matar!", le gritaba uno de los trabajadores de la empresa al conductor homicida mientras le golpeaba fuertemente el cristal para que dejara de arrollar a su compañero. Jesús Alfredo R. M., de 34 años, no detuvo su actitud sino que arrastró varios metros a su víctima hasta que murió.

El camionero, vecino de Málaga, se dio a la fuga y se entregó tres horas después a la Guardia Civil. Al parecer, había dejado el camión toda la noche dentro del recinto y cuando se disponía a salir discutió con el subdirector de la fábrica y fue cuando intervino el vigilante.