¿En qué situación se encuentra España respecto a otros países en cuanto a la lactancia?

A nivel europeo está en el furgón de cola, aunque no es de los peores. En cuanto a la implantación de políticas concretas estamos en el tercio inferior respecto a otros países europeos. Las madres y los profesionales cada vez son más conscientes de la importancia de la lactancia, pero aún hay mucho por hacer.

¿Por qué tenemos tan bajas cifras de lactancia, porque la madres prefieren el biberón o porque el mercado laboral no lo pone muy fácil para prolongar esta etapa?

Unas veces es por falta de conocimientos, otras por falta de oportunidad y falta de una ayuda adecuada. Nuestra sociedad ha perdido la cultura de la lactancia, como en el resto del mundo desarrollado. Las mujeres se han incorporado al trabajo, nos dan poco tiempo, los permisos son cortos. Pero tampoco tenemos una red social de apoyo. Muchas mujeres no han criado nunca, no han visto criar y no han sido amamantadas. Cuando surgen dificultades necesitas recurrir a profesionales, que no estamos suficientemente preparados.

¿Qué medidas propone?

No se trata de convencer a las madres, porque cada una debe tomar su propia decisión, sino de darles una información no sesgada. Nuestras actuaciones deben ser libres de la industria porque necesitamos ser libres de esa influencia para decidir y cuando la madre se inicia en la lactancia y tiene una dificultad debe ser apoyada y protegida. Los profesionales deben formarse, se deben establecer rutinas en los hospitales, en los centros de salud. Y desde el punto de vista de la crisis, la inversión en la promoción de la lactancia es mínima y el ahorro es muy grande.

¿Hay muchas presiones de la industria farmacéutica?

Las fórmulas y leches de continuación tienen su sitio, pero no pueden sustituir a la leche materna. La formación debe ser independiente para que los mensajes sean adecuados. Muchas mujeres piensan que la lactancia da lo mismo porque hoy en día no se mueren los niños, pero el perjuicio en salud y el económico son importantes. Por cada 12 meses que una mujer amamanta baja en un 4% sus posibilidades de tener cáncer de pecho y un 22% el riesgo de obesidad infantil.