Jorge Alarte coge aire. La victoria de Alfredo Pérez Rubalcaba, por apenas 22 votos y después de un eterno recuento, frente a Carmen Chacón en el congreso del PSOE que hoy finaliza en Sevilla facilitan al líder de los socialistas valencianos un margen de maniobra para intentar reconstruir una mayoría en el PSPV que le permita renovar el puesto en el congreso que se celebrará a finales de marzo en Alicante. Alarte recibió el resultado con euforia. No es para menos. Las urnas que auparon a Rubalcaba, de hecho, también dictaron sentencia para el secretario general del PSPV, en el bando de los vencedores de un congreso en el que, sin embargo, la mayoría de la delegación valenciana -51 votos frente a 36, sin grandes movimientos en la correlación de fuerzas- se alineó con Chacón. Y para Leire Pajín, relegada después de poner todos sus huevos, sin éxito, en el cesto de la extitular de Defensa, con lo que ahora condiciona su futuro político y complica la continuidad de Ana Barceló al frente de la secretaria del PSPV en Alicante.

En un congreso de gran tensión, el líder de los socialistas valencianos -elegido en su día por veinte votos lo que pone en valor el formidable reto al que Rubalcaba se enfrenta- fue toda la confrontación a remolque. En clara minoría en el PSPV, como quedó evidenciado en los "congresillos" que eligieron a los delegados para este congreso, Jorge Alarte llegó al cónclave de Sevilla contra las cuerdas. Pero, en el último minuto, sin embargo y gracias a la victoria de Rubalcaba, consigue una prórroga. Continúa estando en una situación muy complicada. Tiene a todas las grandes familias del PSPV en contra. Pero ahora está en el bando de los vencedores y puede retomar la iniciativa para reconstruir su alianza con los lermistas de Ximo Puig -cuyos votos, pese a la derrota de Chacón siguen siendo claves en el PSPV- e intentar sumar apoyos que le permitan continuar en el puesto. Alarte y también Francesc Romeu, que aportó diez delegados -nueve de Valencia y uno de Alicante- a la victoria de Rubalcaba y se atribuyó una contribución clave, son los únicos "jefes de familia" del socialismo valenciano que se hacen hueco en la "foto fija" del ganador.

En el otro lado, sin duda, hay más perdedores. El lermismo de Ximo Puig, volcado con Chacón, palía el fracaso con un peso en el PSPV que es clave en el juego de alianzas de la federación socialista valenciana. Con este escenario, la gran derrotada es Leire Pajín. Su cara y la de Ana Barceló y Elena Martín, dos de sus principales colaboradoras, tras el recuento eran el espejo del alma. Fuentes socialistas apuntaron que Rubalcaba no cuenta con Pajín para ocupar un puesto de relevancia en el grupo parlamentario del Congreso. Así que la derrota de Chacón condiciona su futuro político y, por extensión, el de sus afines, atrincherados en su mayoría en la ejecutiva provincial de Alicante. La continuidad de Ana Barceló al frente del partido en las comarcas alicantinas está, a día de hoy, más en el alero que nunca. No tiene votos para seguir sin apoyos externos y el resultado de este congreso de Sevilla abre el abanico de las alianzas. Pero la que, desde luego, no seguirá como secretaria de Organización del PSPV es Elena Martín, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Alicante y que ahora tendrá que hacer frente a los movimientos internos en la agrupación de Alicante.

Precisamente, uno de los dirigentes que sale reforzado del cónclave es, precisamente, Ángel Luna, presidente de la gestora socialista en Alicante y diputado autonómico. Luna encabezó la candidatura favorable a Rubalcaba en la provincia y ahora se coloca en la parrilla de salida para intentar aspirar a la secretaría general de Alicante, puesto al que también podrían optar el diputado Gabriel Echavarri -que podría recibir apoyos del sector crítico de la agrupación- o el edil Manuel Marín, ambos afines al exsenador Ángel Franco. En cualquier caso, ninguno avala a Elena Martín, que, por tanto, se enfrenta a una maniobra que le dejaría en una situación muy precaria.

Como es norma en el socialismo valenciano y como quedó explicitado con el espectáculo que el PSPV ofreció en el plenario ante el millar de delegados que participan en el cónclave, los próximos dos meses no van a ser un camino de rosas. Todo lo contrario. Se acaba una guerra y empieza la larga batalla del PSPV. Por lo pronto y pese a que el resultado del congreso le pone en el bando ganador, Alarte sigue estando en minoría y ni los seguidores de Leire Pajín ni tampoco los lermistas de Ximo Puig están dispuestos a facilitar su continuidad con un cheque en blanco.

Desde el sector de Pajín siguen rechazando que Jorge Alarte continúe al frente del PSPV y alertan de que Rubalcaba tendrá que aceptar su relevo como, a la vez, los afines a la exministra de Sanidad han asumido la derrota de Carmen Chacón. Los lermistas de Ximo Puig, por su parte, siguen teniendo un bagaje de votos en el PSPV que les permite negociar con un mayor margen de maniobra. Consideran fracasado el modelo que aupó a Alarte, máxime después del espectáculo ofrecido en Sevilla. Puig sopesa presentarse. Romeu y Manuel Mata seguirán adelante. Empieza el congreso del PSPV.

El congreso del PSPV decidirá sobre la organización comarcal

La nueva organización del PSPV con la recuperación de las comarcas como punto fuerte se decidirá en el congreso que los socialistas valencianos celebrarán a finales de marzo en Alicante, según confirmaron fuentes del partido. En principio, Jorge Alarte arrancó el compromiso de Alfredo Pérez Rubalcaba de respetar la autonomía del PSPV para decidir en su congreso si, finalmente, se recupera el modelo comarcal, abandonado hace cuatro años, o si por contra se acaban compaginando las provincias -un modelo que se adoptó en 2008 y que se ha revelado como un fracaso- y también las comarcas. Ese debate quedará abierto para el congreso de Alicante, que deberá decidir el modelo. P. r. F.sevilla