Las deliberaciones del jurado son secretas pero algunos indicios pueden revelar qué pasó durante los tres días que los nueve ciudadanos que han juzgado a Camps y Costa estuvieron reunidos. La película "Doce hombres sin piedad" explica cómo un líder puede dar la vuelta con argumentos a lo que piensan los otros. Henry Fonda, el protagonista, logra convencer a los otros once miembros del jurado de la inocencia de un acusado de homicidio al que todos consideraban culpable.

Fuentes cercanas a los acusados confesaron durante el juicio que pensaban que había tres personas que estaban decantadas hacia la absolución. Una de ellas era un hombre que aparentemente desconectaba cuando las fiscales Anticorrupción y el abogado de la acusación popular preguntaban a los testigos y no paraba de tomar notas cuando intervenía el letrado de Camps.

Esa persona, según admitieron las mismas fuentes y podía comprobar cualquiera que entrara en la sala, empatizó con su compañero de banco. Los dos compartieron confidencias durante las sesiones del juicio tapándose la boca con la mano para que el público no supiera de qué hablaban. Esas escenas no pasaron inadvertidas para las acusaciones.

Mientras esta situación se fue evidenciando a lo largo de la vista, otros miembros del jurado mostraban caras de aburrimiento e incluso algunos de ellos se dedicaban a dibujar en los folios que les entregaron para tomar notas. INFORMACIÓN publicó una imagen en la que se veía la mano de uno de los miembros del jurado garabateando en un folio.

En este contexto se produjo la siguiente situación. La persona que más atención prestaba a Camps y a su abogado y que incluso miraba sin disimulo al público y a los periodista se convirtió en el portavoz del jurado. La función del portavoz es la de dirigir las deliberaciones, aunque su voto tiene el mismo valor que la del resto. El público y la prensa descubrieron quién era el portavoz cuando se produjo la lectura del veredicto, y más de uno tuvo la sensación en ese momento de que el bloqueo del veredicto se había roto en favor de la absolución.