El retraso en la inauguración de la línea 2 del tranvía en un año y medio, puesto que se concluyó en febrero del pasado año y ahora se anuncia que no entrará en servicio hasta septiembre, va a provocar tal deterioro en las instalaciones que la Generalitat se verá obligada a sustituir una parte de ellas, especialmente los llamados "materiales sensibles", tales como sensores y detectores. Mientras tanto, y a falta de otro uso, algunos tramos de las vías, cuya instalación ha costado más de 50 millones, se utilizan como aparcamiento.

Si atendemos a las fechas oficiales, el Tram que cubrirá la línea desde Alicante a San Vicente del Raspeig por la Universidad, no empezará a funcionar hasta septiembre, cuando su estreno se produjo en febrero de 2010. Este año y medio de paralización, que a la vista de los incumplimientos de la Generalitat podría ser mayor, va a provocar que algunas de las obras ejecutadas no sirvan para nada y tengan que repetirse porque los materiales estarán totalmente deteriorados y son fundamentales para la seguridad del servicio. Se trata de lo que técnicamente se denomina "material sensible" y que consiste, fundamentalmente, en los sensores y detectores".

Estos materiales son los que detectan el paso del tranvía y proceden a regularizar los semáforos del entorno. Así, hay un detector de aproximación que permite conocer la llegada del tranvía a un punto determinado con la suficiente antelación para actuar sobre los semáforos, otro detector indica el paso del tranvía y un último detector procede a cancelar la operación de paso para que los semáforos vuelvan a su funcionamiento habitual.

Aunque el coste de estos materiales no es muy elevado si lo comparamos con los más de 50 millones de euros que ha costado la implantación de las vías, el paso del tiempo sin funcionar los va a dejar inservibles por lo que la Consellería de Infraestructuras se va a ver obligada a sustituirlos en toda la línea, dada su relevancia para la seguridad del tranvía y la coordinación del tráfico.

Este prolongado parón del tranvía ya se aproxima al año y como mínimo ascenderá a 18 meses, aunque a la vista de los incumplimientos del Consell está por ver que la línea 2 entre en servicio en septiembre, como ha anunciado la consellera Isabel Bonig, porque no basta con redactar y adjudicar la explotación a la empresa mixta que ahora se anuncia y que llevará su tiempo, sino que hay que reparar todo el deterioro que va a sufrir la línea en este tiempo, contar con los trenes, además de contratar y de preparar al personal que lo haga funcionar.

Mientras todo esto sucede, en algunos tramos ya se le ha dado una utilidad a las vías. Así, tal como se aprecia en la imagen de esta página, hay ciudadanos que estacionan sobre las mismas conocedores de que por allí ni pasa el tranvía, ni se le espera. Eso sí, es un estacionamiento de lujo por el coste de unas obras, financiadas con los impuestos de los ciudadanos.

Una actuación que el Consell cifra en más de cien millones de euros

La Generalitat ha cuantificado el coste de implantación de la línea 2 en más de cien millones de euros, lo que supone 16.638 millones de las antiguas pesetas. De ellos, 51 millones de euros corresponden a las obras de las vías. Así, el trazado se dividió en cuatro tramos, adjudicados por 18,4 millones 10,7 millones, 11,4 millones y 10,7 millones . Además, la señalización se adjudicó por 11,8 millones, las acometidas eléctricas por 4 millones y la catenaria por 3,5 millones, lo que da un total de 71 millones, a lo que habría que sumar los modificados y otras partidas.