Nadie en el Consell ni tampoco en la cúpula del PP quería ni oír hablar de la marcha de Enrique Verdeguer, hasta ahora titular de Economía, a Madrid. Pero, finalmente, los deseos de Verdeguer -alejado de su familia y abrumado por el caos económico del Consell- se impusieron y al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, no le quedó ayer otro remedio que, tal y como adelantó INFORMACION, cambiar de responsable de Economía en el peor momento para la Comunidad, con la crisis azotando como nunca, con el Consell envuelto en una gravísima falta de liquidez y con un escenario de recorte de los servicios públicos. Verdeguer vuelve a Madrid para presidir Adif y Fabra ha elegido como sustituto a Máximo Büch, un experto en finanzas y asesor empresarial, sin experiencia en la gestión pública y un completo desconocido en el mundo de la política y en las filas populares.

Es la tercera remodelación -la llegada del propio Fabra, el nombramiento de José Císcar como vicepresidente en sustitución de Paula Sánchez de León y ahora el relevo en Economía- que sufre el Ejecutivo autonómico en apenas siete meses. Ese es el tiempo que ha durado el periplo de Enrique Verdeguer en la Generalitat, fichado en su día por Francisco Camps para pilotar, junto a José Manuel Vela en Hacienda, la salida de la crisis. A la dimisión del dirigente que le reclutó a raíz de su procesamiento en el caso de los trajes de Gürtel se unió el disgusto de un Verdeguer desgastado en poco tiempo por la magnitud de la crisis financiera de la Generalitat y alejado de su familia, que mantenía la residencia en Madrid.

Este escenario, del que el propio Fabra era consciente, desató, desde la victoria electoral del pasado 20-N, las especulaciones sobre la marcha de Verdeguer. El debate, sin embargo, se diluyó cuando, hace ahora un par de semanas, Fabra designó a José Císcar como vicepresidente en sustitución de Paula Sánchez de León, despejada a la delegación del Gobierno en la Comunidad. No movió más fichas. Verdeguer, desde que llegó a la Generalitat, era reconocido en las filas del PP como un excelente técnico y había sorprendido por la frescura demostrado en los debates de las Cortes. Fabra no quería prescindir del conseller de Economía. Sabía que no era el momento propicio para facilitar su salida. Pero tampoco quería retenerlo si no estaba contento con su labor en el Consell.

Enrique Verdeguer, finalmente, ha logrado salir de un gobierno en el que no quería seguir. Y se va a una de las plazas, la dirección de la empresa pública Adif -una firma dedicada a la ejecución de infraestructuras ferroviarias-, más codiciadas, junto a la presidencia de Aena, del entramado ligado al Gobierno. En las filas del PP trataron, en cualquier caso, de quitar peso al argumento de la renuncia para "vender" la marcha de Verdeguer como un ascenso que, además, tendrá efectos positivos en la Comunidad. Apuntaron que tendrá un papel clave en el futuro del Corredor Mediterráneo, una infraestructura para la que, sin embargo, no quedan fondos; que facilitará la llegada del AVE a Alicante, cuando la realidad es que el tren está ya a quinientos metros de la ciudad; y que, a la vez, supone un reconocimiento a la influencia del PP de la Comunidad, cuando lo cierto es que Verdeguer es el que se marcha y Mariano Rajoy "tira" de un técnico cualificado y al margen del desastre económico y de los casos de corrupción que lastran a los populares valencianos, apartados del nuevo "núcleo duro" de La Moncloa.

Minutos después de que José Císcar, consciente de que la renuncia de Verdeguer era ya segura, echara balones fuera, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, comparecía junto al ya exconseller de Economía para tratar de ofrecer una imagen de normalidad en un escenario tremendamente complicado. No era plato de buen gusto tener que oficializar un relevo en el área económica en el momento, quizá, más complicado de las tres décadas de autonomía, efeméride que, precisamente, se cumple este año. Alberto Fabra -después de mantener hace 48 horas un encuentro privado en Madrid con el Ministro de Economía, Luis de Guindos- marcó los tiempos y esperó a que se anunciara la decisión del Gobierno de España.

El sustituto de Verdeguer será Máximo Büch Torralva, nacido en Valencia hace 53 años, aunque de padre alemán. Büch, que tomará posesión el próximo lunes, es un experto financiero, asesor empresarial y especialista en recursos humanos. Durante el último año y medio, de hecho, trabajó como "cazatalentos" de altos ejecutivos. Büch, explicaron fuentes del PP, está bien relacionado con la cúpula empresarial y altos directivos. Nunca ha tomado parte en actos internos de los populares. Presenta un marcado perfil técnico y, desde luego, tiene por delante la formidable tarea, junto al conseller de Hacienda, Jose Mánuel Vela, de sanear las cuentas pero también de reactivar la actividad económica con el único objetivo de reducir una lista con casi 600.000 parados. El propio Alberto Fabra admitió en su comparecencia ante los medios que había buscado un tecnócrata al tiempo que subrayó el carácter emprendedor y el conocimiento de los mercados financieros de Máximo Büch, cuya experiencia profesional se ha centrado en el complejo mundo de la captación de inversiones para reflotar empresas en quiebra o apoyar planes de expansión. En el último año y medio Büch trabajaba en Boyden Internacional Search Consultants, firma dedicada a la caza de talentos para negocios privados.

El nuevo conseller llega, en todo caso, a un departamento que tiene sobre la mesa el adelgazamiento del sector público, que Verdeguer pretendía reducir a tan sólo media docena de sociedades y que apuesta por un ERE que acabará con dos tercios de la plantilla de Canal 9. No deberá, en todo caso, temblarle el pulso a la hora de meter la tijera. También deberá liderar las medidas a favor de los emprendedores y negociar con el Gobierno de Rajoy en un momento en que las vías de financiación abiertas están aún pendientes de concreción. En ese punto, la resolución de la crisis de la deuda será muy importante.

Verdeguer, que compareció junto con Fabra ante los periodistas, dijo que se iba con un sabor "agridulce" por no haber concluido su proyecto. En su breve despedida, tuvo palabras de elogio hacia Fabra y altos cargos, pero no mencionó a Camps, quien lo trajo a la Comunidad Valenciana. Los sindicatos coincidieron con la oposición y ligaron la marcha de Enrique Verdeguer al descontrol en la Generalitat mientras que, por contra, los empresarios dieron un margen de confianza al nuevo titular de Economía.

Hijo de empresa familiar forjado en Escuela de Negocios

"Ha sido muy valiente. Vamos a ver qué pastel se encuentra en la Conselleria". Con esta carta de recomendación saludó ayer un empresario valenciano el nombramiento de Büch como titular de Economía. El interlocutor de este diario conoce a la familia Büch, en especial al padre, que tenía una empresa de pinceles en Valencia. Máximo Büch Torralva (Valencia, 11 de agosto de 1959) apostó por forjarse en una sólida formación académica antes de desembarcar en el proceloso mundo de los negocios. Ingeniero industrial especializado en Organización Industrial por la Universidad Politécnica de Valencia y MBA por el IESE de la Universidad de Navarra, Büch, ejercía en la actualidad como socio valenciano de Boyden Internacional Search Consultants, S.L., una firma especializada en lo que en el mundo anglosajón se conoce como "head hunters", los llamados cazatalentos. En el currículum difundido ayer por el Consell, figura su pertenencia al Capítulo Español del Club de Roma, en el que alguno de sus miembros destaca su activa participación en los eventos organizados; haber sido delegado para la Comunidad de la Cámara de Comercio Alemana para España, entre 1992 y 2002, o miembro del comité ejecutivo del Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar (Ivefa) y presidente de su comité de formación. También ha tenido actividad docente, pero es el mundo de las inversiones financieras donde ha desplegado buena parte de su carrera. En Astro MB, Astro Europa y Osborn International y sobre todo en Tandem Capital Gestión. F. ARABÍ