Miriam, peluquera de 23 años, embarcó el día 9 junto a su novio desde Barcelona en el Costa Concordia. Todo iba bien pero el viernes 13 mientras cenaban, notaron una fuerte sacudida con la que comenzó una pesadilla en la que han muerto 11 personas y desaparecido una veintena más. Miriam y Miguel Ángel tuvieron suerte.

¿Cuando se dieron cuenta de que algo iba mal?

En cuanto sentimos el golpe. Salimos corriendo hacia el puente donde estaban los botes. Allí estuvimos dos horas esperando mientras la tripulación le pedía a la gente que esperara en sus camarotes. Decían que era un fallo eléctrico. Algunas personas obedecieron y al irse la luz se quedaron bloqueados los camarotes y por eso murieron. No me lo quito de la cabeza.

¿Qué ocurría entre tanto en la cubierta?

Nosotros en la planta cuarta veíamos cómo entraba el agua. Se iba inundando la zona y el barco cada vez se escoraba más pero no nos dejaban subir a los botes salvavidas porque el personal del barco decía que tenía que dar la orden el capitán, y él no estaba por ningún lado. Al final, viendo que el agua entraba, nos dijeron que entráramos a los botes. Pero no sabían como se echaban al agua y optaron por cortar las cuerdas con machetes. Luego ya en el agua, la barca iba en círculo porque nadie sabía llevarla, y veíamos cómo el barco se nos venía encima sin poder salir de allí, pero no nos atrevíamos a tirarnos al agua porque mi novio no llevaba salvavidas. Lo pidió, pero aunque toda la tripulación lo llevaba, a él le dijeron que fuera al camarote a buscarlo y menos mal que no lo hizo. Luego ya en la isla pasamos toda la noche a la intemperie. En el pueblo ayudaron pero no había mantas ni ropa de abrigo para todos e íbamos con lo puesto.

¿Llegaron a temer por su vida?

Por supuesto. De hecho, cuando esperábamos enganchados a la barandilla mientras se escoraba el barco, mi novio y yo nos despedimos. Creíamos que el barco se nos echaba encima, que se hundiría del todo y que moriríamos.

¿Han presentado ya la denuncia?

Ahora estamos esperando a que se haga una plataforma para que todos los españoles denunciemos juntos. Hemos perdido mucho porque llevábamos los móviles, ordenadores, toda la ropa. Hay gente que ha perdido mucho en joyas... pero sobre todo está la cuestión psicológica. A los dos nos han recetado ansiolíticos porque no podemos dormir. Yo he visto cosas muy desagradables, gente con piernas rotas, con brechas, escenas de pánico y la certeza de que vas a morir. Mi novio me agarró porque al hundirse el barco me caía, pero había gente en silla de ruedas que se iba hacia el mar. No sé cómo no ha muerto más gente porque aquello fue el sálvese quien pueda.