Sin concretar si habrá más recortes y eludiendo la autocrítica, el presidente del Consell, Alberto Fabra, defendió ayer ante las Cortes sus polémicos ajustes y esbozó la difícil situación económica de la Generalitat que atribuyó en varias ocasiones a la "discriminación en la financiación" del anterior Gobierno socialista. Fabra dejó abierta la puerta a nuevos recortes al eludir responder a la oposición sobre si habrá más medidas y sobre qué dará a cambio de que el Gobierno haya salido al rescate de la Comunidad con un anticipo de 420 millones, pero sí anunció que ese dinero se destinará a pagar a los proveedores estableciendo un calendario de pagos. El jefe del Ejecutivo valenciano también lanzó el compromiso de "anular las medidas de ajuste en materia de personal cuando los indicadores económicos sean positivos".

El gobierno de Fabra sacó adelante en solitario los dos decretos propuestos por el Consell, el de los ajustes y otro de fomento empresarial, mientras la oposición acusaba a los populares de despilfarrar y unos doscientos empleados públicos protestaban en las proximidades de la Cámara. Fabra salió a la tribuna a defender sus ajustes después de que el presidente del parlamento autonómico, Juan Cotino, amenazara con expulsar de la sala a los diputados de Compromís y Esquerra Unida por portar petos en contra de los recortes. Comenzó su intervención asegurando que tenía "los pies en la tierra y la cabeza alta" y definió la "grave falta de liquidez" que atraviesan las arcas autonómicas por la "caída de los ingresos" y la "desconfianza de los mercados financieros". Una situación "agravada", según dijo, "por la insuficiente financiación autonómica y la discriminación" del anterior Gobierno socialista. Al respecto, se comprometió a reclamar al Ejecutivo de Mariano Rajoy "una financiación más justa" y apoyo para facilitar a la Comunidad la emisión de deuda.

En cuanto a los ajustes llevados ayer a las Cortes, Fabra recordó que el Consell espera reducir 1.037 millones de euros y aseveró que se ha optado "por la estabilidad de las plantillas y reducir la jornada laboral en lugar de por despidos". Detalló algunos de los recortes, como los ajustes en Sanidad y otras medidas recaudatorias como la subida del tramo del IRPF o del céntimo sanitario e hizo hincapié en que el sueldo de los altos cargos y sus asesores estará vinculado al déficit. "Sabemos que son medidas duras, pero son necesarias", sostuvo. En cuanto al decreto sobre medidas de apoyo a los emprendedores, destacó la eliminación de trabas burocráticas y la compensación de deudas a los empresarios. La oposición llegó a calificar de "humo" este último decreto y le exigió a Fabra que pague las ayudas que aún adeuda a los emprendedores.

Fabra, a quienes sus compañeros de partido arroparon con numerosos aplausos, dejó el debate en manos de su portavoz, Rafael Blasco, quien hiló su discurso en la misma dirección poniendo en el eje de sus críticas al anterior Gobierno socialista y asegurando que estamos ante "un país al borde del abismo que exige un plan de choque". El síndic socialista en las Cortes, Jorge Alarte, no tardó en acusar a Fabra de "parapetarse detrás de su portavoz" y le instó a salir de nuevo a la tribuna a explicar "cómo va a resolver los 3.078 millones de euros de déficit que le dijeron (en el Consejo de Política Fiscal) que tenía que ajustar y a cambio de qué ha salido el Gobierno en su rescate". Alarte fue directo al preguntarle "qué será lo siguiente", como también lo hizo la síndica de EU Marga Sanz al instarle a concretar si el decreto de ajustes "tendrá una segunda edición".

Fabra volvió a salir al atril fuera del debate para demostrar que "el PP no se esconde" pero no dio respuestas a estas cuestiones de la oposición, aunque a lo largo de su discurso pudieron escucharse frases como "vamos a seguir tomando todas las medidas necesarias para salir de la crisis".