Obligado a reducir por todos los medios su lastre económico, el Consell aprobó ayer un paquete de medidas que incluye, entre otras actuaciones, la compensación de tributos y sanciones a las empresas con las que la Generalitat mantiene deudas. Así lo aseguró José Císcar, número dos de Alberto Fabra en el Consell, en un intento de calmar a los proveedores -cada vez más críticos con los impagos de la administración autonómica- pero también de rebajar, en la medida de lo posible, la deuda que el Ejecutivo autonómico mantiene con miles de empresas, muchas de ellas abocadas a una situación crítica y sin liquidez para afrontar sus pagos.

El anuncio de Císcar sigue, de alguna manera, la estela de una de las promesas electorales que Mariano Rajoy lanzó durante la campaña que culminó con la victoria del PP en la cita con las urnas del 20-N. En su programa, Rajoy prometió que el abono del IVA no se realizaría hasta que las empresas lo cobraran de forma efectiva. Con esa misma filosofía de compensación, el Consell facilitará exenciones fiscales a las empresas a las que debe dinero. Ni pagarán tributos autonómicos ni tampoco sanciones o multas hasta cubrir la cantidad que tengan pendiente de percibir de la administración Como ejemplo, Ciscar citó el caso de una empresa que tenga una sanción administrativa y a la que la Generalitat adeude dinero. La normativa aprobada ayer "refuerza" una opción a la que, hasta ahora, nadie se había acogido.

Al Consell, en todo caso, "no le queda otra salida" -como el propio Císcar admitió- que generar más ingresos, reducir gastos y rebajar su deuda para intentar salir del atolladero. El número dos de Fabra, de hecho, se empleó a fondo para defender los recortes decretados por la Generalitat -hasta ahora, más de 1.050 millones- en medio de la creciente alarma social por la situación de bancarrota que atraviesa la administración autonómica. José Císcar, incluso y mientras centenares de funcionarios tomaban a la misma hora la sede de la conselleria de Presidencia, se permitió un punto de optimismo y apuntó que, por ahora, la Generalitat está cumpliendo a rajatabla con los planes de ajuste que se autoimpuso en julio. Entonces, el Consell de Alberto Fabra, a los pocos días de su toma de posesión, se comprometió a un ahorro de 680 millones. Císcar aseguró ayer que esa cifra ya se ha rebasado y que el valor de ese ajuste alcanza los 732 millones. Los estados de ejecución del presupuesto, sin embargo, señalan que, en la práctica, el volumen de gasto se ha incrementado.

En la rueda de prensa posterior a la reunión del Consell, Ciscar hizo un "llamamiento a la calma" al tiempo que reivindicó que el "sacrifico" es repartido y que, desde luego, "no será inútil". "Era absolutamente necesario aplicar estas medidas que, desde luego, no responden a un capricho", aseveró el vicepresidente del Consell que, en todo caso, garantizó que son decisiones temporales y transitorias. El dirigente del PP defendió la labor del conseller de Hacienda, José Manuel Vela, ejecutor de los recortes, duramente criticado y del que, incluso, los sindicatos piden su dimisión. Vela ha formado parte de todos los equipos económicos del Consell desde 1995, cuando los populares ganaron por vez primera.

En este sentido, José Císcar, para intentar vender una imagen de sacrificio compartido se aferró a medidas como la supresión de un 30% de altos cargos y personal de confianza o a la reducción del sector público a únicamente media docena de empresas lo que le dio pie para referirse a la Generalitat como la administración "más barata" de todo el Estado. "No son las medidas que nos hubiera gustado tomar, pero no hay más remedio", aseveró Císcar que, en todo caso, se mostró convencido de que la Generalitat podrá salir del "agujero". "La gente debe entender que la situación económica es muy complicada y que por encima de todo está la estabilidad de la Generalitat. Es fundamental", subrayó el vicepresidente del Gobierno y dirigente del PP.

El Gobierno valenciano ratifica que habrá Fórmula 1 en 2012

El vicepresidente de la Generalitat, José Císcar, ratificó durante su intervención que, al menos durante el año 2012, se mantendrá la celebración del Gran Premio de Fórmula 1 en Valencia. Romper el contrato supondría, en la práctica, casi un coste más alto que organizar el evento. Esa es la excusa que ofrece el Consell. En este sentido, Císcar explicó que ya se ha remitido una carta a Bernie Eclestone, patrón de la Fórmula 1, pero que, por ahora, no se ha concretado ningún contacto para renegociar el contrato. La Generalitat, incluso, no descarta llegar a acuerdos con Cataluña para compartir en años alternos la celebración de la carrera. "Todo está en estudio y en revisión", volvió a insistir el vicepresidente del Consell. La decisión ha levantado ampollas en el PP con un fuerte malestar de Rita Barberá. P. r. f.