Realistas, sociales y los más austeros de la historia. Así calificó el ya exconseller de Economía Gerardo Camps los presupuestos de la Generalitat para 2011. Fue el 22 de octubre de 2010. Ese día, el Consell presentó en sociedad sus cuentas para el pasado ejercicio y tanto Camps como Paula Sánchez de León, también presente en el acto, se hastiaron de repetir que los números se ajustaban a las necesidades actuales de la sociedad valenciana. Pues bien, con 2011 ya finiquitado, la realidad ha sido otra muy diferente.

El estado de ejecución del presupuesto a 30 de noviembre revela que las previsiones iniciales del Ejecutivo se quedaron cortas. Muy cortas. Especialmente llamativo resulta el desfase en los gastos corrientes. Es decir, en el capítulo II, el de la partida de compra de bienes y gastos de funcionamiento. Pese a que las arcas de la Comunidad agonizaban día a día en 2011, al cierre de noviembre el Consell ya tenía comprometidos gastos por encima del 10% de las previsiones iniciales. Cuando se confeccionaron las cuentas se consignaron 2.265 millones para esa área, pero a 30 de noviembre se comprometieron gastos por 2.487 millones. Además, a finales de ese mes ya se había reconocido el pago de 2.298 millones, según consta en el documento, recientemente remitido a las Cortes. Estos guarismos sacan a la luz los problemas del Consell para adelgazar sus gastos pese a que la languidez de sus cuentas y el Estado así lo exigían.

Los errores de cálculo de la Generalitat no se quedaron sólo ahí. A falta de conocer los datos de diciembre, otro de los capítulos que también sufre un serio desfase es el de las transferencias corrientes -engloba las subvenciones a empresas y organismos propios, a instituciones al margen de la Generalitat y a particulares-. Cuando las cuentas se aprobaron en las Cortes, el capítulo IV contaba con una consignación de 3.299 millones. A finales de noviembre, sin embargo, la cantidad era superior en más de 300 millones. Y en total, las obligaciones reconocidas eran de 3.191 millones. Es decir, que en plena crisis económica e institucional, las ayudas que concedió el Ejecutivo valenciano fueron bastante superiores a lo previsto. Y encima, la Generalitat no contabiliza ahí los 360 millones del coste de los medicamentos de tres mensualidades, más otros 63 millones dados de baja en octubre. En total, unos 425 millones más que no aparecen.

El portavoz de Hacienda del Grupo Socialista en las Cortes, Julián López, aseguró ayer que el estado de ejecución del presupuesto a 30 de noviembre "deja en evidencia" la gestión del Consell. "La Generalitat no cumple la rebaja de gastos y la reducción del déficit, tal y como prometió, y ahora se ve abocado a efectuar ajustes que recaen sobre los servicios sociales y los empleados públicos", sentenció. El diputado lamentó que sean los ciudadanos "los que paguen las promesas incumplidas del PP" y su "derroche de años y años", invirtiendo en "políticas equivocadas".